Malos tiempos para Besson (1959). Su disfrutable capricho de llevar a la pantalla con personajes reales las aventuras espaciales de Valerian no tuvo el respaldo del público y para tapar el agujero financiero de su productora ha tenido que recurrir  y remozar a su agente especial "Nikita" del 90 para que le saque las castañas del fuego. Desgraciadamente la misión ha fracasado y tampoco ha funcionado en taquilla, agravada probablemente por las denuncias contra Besson por acoso sexual. Lo dicho, malos tiempos que pueden echar el cierre a su productora y ya veremos a su carrera.

Y no es que "Anna" la pobrecita sea un horror. Pertenece a ese cine comercial y precocinado, como esos alimentos altamente procesados que vienen en envoltorios atractivos para paladares poco exigentes y que si acaban por ser de consumo habitual nos hacen polvo. En este caso las neuronas.

La peli y su inverosímil argumento la hemos visto antes cientos de veces (ya hemos hablado de "Nikita) con sus múltiples variantes y similares resultados. Si nos abandonamos puede llegar a entretenernos un rato con alguna que otra escena espectacular. La modelo rusa Sasha Luss ejerce básicamente de tal y hay que reconocerle su esfuerzo. Y Helen Mirren lo tiene fácil para superar un listón muy por debajo de sus habilidades.

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