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España España · Madrid
Voto de Croket:
8
Musical. Romance. Comedia. Drama Mia (Emma Stone), una joven aspirante a actriz que trabaja como camarera mientras acude a castings, y Sebastian (Ryan Gosling), un pianista de jazz que se gana la vida tocando en sórdidos tugurios, se enamoran, pero su gran ambición por llegar a la cima en sus carreras artísticas amenaza con separarlos. (FILMAFFINITY)
17 de enero de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si la respuesta a alguna de las siguientes películas es afirmativa, debes ver esta película.

¿Te gustan los musicales?
¿Te gusta el jazz?
¿”Paraguas de Cherburgo”, “Americano en Paris”?
¿Disfrutas con los largos planos del Cinemascope?
¿Disfrutas los grandes decorados, la buena iluminación y el diseño de vestuario?
¿Quizás Emma Stone? ¿O Gosling?

El hype que ha sufrido esta película es o no compartido, pero sin duda se puede entender, con tantos encantos, muy pocos saldrán descontentos de la sala, y aquellos que lo hagan probablemente sea porque no encuentren su realidad ajustada al hype pero no por desencanto.
Hay que darle las gracias a Chazella por tan encomiable esfuerzo, por traernos a la memoria grandes musicales que tiene un lugar en nuestro corazón y un espirítu no exclusivo de estos, si no del gran cine de los 40 y 50, gracias por poner el jazz en el punto de mira (del cine comercial, claro está) y gracias por supuesto por emocionar, por hacernos vibrar que es una de las principales razones por la que veo cine.

Y ahora entro en terreno farragoso, aquí empieza el territorio SPOILERS.
SPOILERS
SPOILERS
Empiezo aqui con los spoilers que si no, no entran.



Dicho esto, la película consta de tres tramos, un primer tramo espectacular, con unos nímeros musicales formidables, con unos movimientos de cámara bellos gracias, irónicamente, a la falta de artificialidad de estos, curiosos, irregulares y bruscos, pero sin marear. El primer número, el gran flashmob, es lo más contemporáneo que vamos a ver, y en mi opinión se nota una deslizamiento temporal regresivo.

De aquí pasamos a un limbo, un paréntesis en el frenesí de luz y de color (tomtomtombola), en la orgía musical, un lugar donde bajo un ritmo constante, se desarrolla una historia clásica, lineal, sin apenas sobresaltos con la excepción de un par de momentos "brillantes", y no lo digo con ironía, si no por una participación "estelar" jejexd (Ahora en serio, he disfrutado las centelleantes farolas del paseo marítimo al son de “City of Stars”).
Y ya para acabar, unos últimos 20-25 minutos formidables donde quizás echemos de menos a Gene Kelly que pierden fuerza desde un un ¿homenaje? a Paris, Texas con un psuedo super8, la pastelada de rigor y un ¿Y si? Excesivamente desarrollado llevado hasta la viciosidad.

Emma enamora, sales de la sala de cine buscando una a la que poder abrazar y Ryan, aunque no acabas de creerte su profesión (en algunos momentos parece que en sus ratos libres conduce para las fugas de atracos) gracias a su tono de voz más tosco y trémulo le da una naturalidad al musical más propia de aquellos musicales de Demy que de los de la gran factoría de Hollywood cosa que yo agradezco ¿Hay más actores? Seguramente, pero ni me he fijado. Creo que salía el calvo psicótico.

En el terreno de las referencias, para no explayarme mucho, voy a nombrar las dos que más me han gustado y probablemente tras la referencia conjunta al Hollywood pasado son las más importantes y notables, el momento "Un americano en Paris" del número final, por momentos calcado y que más que producir un posible rechazo se agradecen, y la constante presencia de "Los paraguas de Cherburgo", ¡y ojo!, hablo de una constante presencia, no solo de una esporádica participación de una tienda de paraguas bajo el balcón de Casablanca y la Geneviève de la obra que escribe Emma, hablo de la composición cromática de los colores primarios, del amarillo, azul y rojo, siempre presentes en infinidad de planos, solo por eso merece un revisionado (sí, soy de los que disfruta viendo como cuando se va un furgón amarillo entran en plano unos toldos amarillos, soy así de simple). También me pareció que los deslizamientos paralelos a las caminatas de la acera (constante en la historia de Geneviève y Guy) eran iguales, no sé si por casualidad o como "homenaje". Y por supuesto, no me puedo olvidar de la historia, aunque separados por distintos avatares del destino, sus caminos se separan y se encuentran una vez más al final, donde comprenden que aunque ese amor existe, y es fuerte, su tiempo se acabó y hay que “madurar”. (Por cierto, el momento piscinero, soy el único que pensó en "Soy Cuba")
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Croket
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