Después de la brillante primera parte, fui al cine dispuesto a clavarle un diez a la segunda.
Pero nada de eso, salí aturdido de la sala de cine, no ya por las invenciones argumentales (ya tocaré ese tema) si no por el ruido y velocidad de determinadas escenas, algo que convierte en imposible seguir el hilo de la acción, uno sabe que Legolas se ha cepillado a innumerables orcos, pero el cómo lo ha hecho ya es otra cosa, da la impresión (pensando mal) que al acelerar las escenas han conseguido disimular los pequeños detalles de los efectos especiales, esos que hacen creíble una situación o no. Y no, no es creíble que en cuanto alguien toca a un orco, este salga disparado o fulminado como si se le hubiese caído encima un piano. Parecen de goma, y su capacidad de respuesta es nula (¿suena a vídeo juego verdad?). Pues es tal y como lo cuento, hasta el punto de que tal vez Sauron debería replantearse usar a los orcos como arma de destrucción masiva, más bien parecen Hare Krisnas en un aeropuerto brincando de aquí a allá. Ciertamente consiguen el mismo efecto que estos, ninguno.
La trama, no soy de los que piden respeto absoluto a la novela (que leí dos veces en mi juventud) creo que se puede mejorar la historia original por ejemplo con la Elfa Tauriel, no olvidemos que Tolkien es tenido por misógino, no contaba con mujeres para ningún papel relevante, de hecho el Hobbit es un ejemplo de esa fijación pues no existen personajes femeninos, como si en la Tierra Media se reprodujeran por esporas. Resulta irreal ignorar esos personajes y no olvidemos que Jackson ya metió mano al guión de El Señor de los Anillos para dar protagonismo a las Elfas y Humanas.
Así que yo opino que la Elfa no chirría, chirría el exceso de épica, los diálogos a veces muy simples, las largas escenas de acción (lo mismo que en la cueva de los Trasgos de la primera parte pero ahora en un rio o en la cueva del Dragón).
Y lo de la crítica Sociopolítica del Gobernador de la Ciudad del Lago ya es de traca (que si elecciones anticipadas.....) ufff, de verguenza ajena y metido con calzador.
Así que espero que en la tercera afinen más porque nos hemos ido con un regustillo regular del cine, moviéndonos incómodos en el sillón y sofocando bostezos.