No se confundan por el guerrero título de "División Bola de Fuego". Tampoco es cine, sino un telefilme con sus características muy evidentes. Más que una película bélica, lo que se ve es una historia de intriga -lo que también se conoce por un trhiller- con un trasfondo de guerra.
División Bola de Fuego es muy setentera y está marcada por esa desidia que los americanos mostraron en sus producciones bélicas en dicha década, sin rigor alguno respecto a las armas. Así, por ejemplo, los pocos tanques que salen son M-48 en vez de Sherman, y en cuando a los escasas imágenes de los alemanes, éstos utilizan ametralladoras Browning de 50 mm. en vez de las MG 42/58. Un cachondeo total que revela la raquítica seriedad de la producción.
Y otro detalle significativo de que el rigor histórico se la trae floja a los americanos. Cuando el general (Ben Gazzara) visita el hospital de campaña donde están siendo atendidos los soldados estadounidenses tras un fallido asalto contra los alemanes, se detiene ante el catre de uno de los heridos. Éste es de raza negra, lo cual es incompatible con la realidad, ya que el ejército norteamericano en la Segunda Guerra Mundial no utilizaba a los negros como fuerza combatiente. Hubo negros americanos en esa guerra, pero los empleaban sólo para enterrar muertos y determinadas infraestructuras, como eran las de cavar letrinas.
Por último, lo de Ricardo Montalbán haciendo de jefe de las "tropas locales" francesas luchando junto con el ejército regular USA es, sencillamente, otro delirio de risa del inepto de Marvyn Chonsky. Eso nunca ocurrió una vez que los aliados comenzaron su avance por Francia tras el desembarco en Normandía.
Todo el argumento gira en torno a una intriga para descubrir quién le pasa información a los alemanes sobre los puestos de obsevación de la artillería americana. Pero como dije al principio, hay muy pocos minutos de guerra y la mayor parte del metraje es una película de policías y ladrones, que en mi infancia es la denominación que se les daba a los "trhillers".