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España España · Barcelona
Voto de Jormungander:
7
Ciencia ficción. Fantástico Seis valientes astronautas viajan en una cápsula espacial de la Tierra a la Luna. La primera película de ciencia-ficción de la historia fue obra de la imaginación del director francés y mago Georges Méliès (1861-1938), que se inspiró en las obras "From the Earth to the Moon" (1865) de Julio Verne y "First Men in the Moon" (1901) de H. G. Wells. Se trata de un cortometraje de 14 minutos de duración realizado con el astronómico ... [+]
19 de noviembre de 2010
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo creo que esto es empezar por el principio, no digas que no. ¿Qué se había filmado antes de esto? Pues que yo sepa los Lumiere habían filmado a gente saliendo de una fábrica y la llegada de ¡quitate de ahí por Dios que te chafan (tranquilo, no te chafan)! el tren. Edison había estado filmando cosas más jodidas aún, como una reina a la que le cortaron la cabeza (pero en broma) y también Edison había filmado otra cosa que se le había ocurrido: Electrocutar a un elefante, para demostrarle a Nikola Tesla que la electricidad puede "no molar". Incluso el propio Méliès ya había hecho alguna cosa antes, los primeros truquitos de desapariciones con cortes de cámara en una cosa llamada "Le Manoir du Diable".

Pero da igual, sólo tras el crepúsculo del siglo XIX y el amanecer del siglo XX pudo ver la luz la primera seguidilla de fotogramas que narraba una historia de esas que tienen planteamiento, nudo y casi parece que hay un desenlace y todo.

Bueno, un montonazo de astrónomos se reunen en Hogwarts, la escuela de Harry Potter, con la vestimenta apropiada para ocupar dicho emplazamiento. Los presentes escuchan al catedrático en astrofísica al cual se le cae el gorro de mago al llegar, cosa que no tiene ninguna relevancia. El caso es que todo va bien hasta que al catedrático se le ocurre proponer una idea loca. Esta idea es la de meter a alguien en una bala de cañón y mandarlo a la luna, no sin antes dibujarlo en la pizarra.

Todos le dicen cosas como: "¿Pero tú de que vas? Algo así no lo haremos nunca ¿Cómo se te ocurre dibujar eso en la pizarra científica?", pero de algun modo enseguida los convence, sin necesidad de hablar mucho más porque la película es corta y esto ha de ir rápido. Sin comerlo ni beberlo ya estan construyendo la bala y el cañón y se meten sin traje de astronauta ni nada que se le parezca, todos con ropa del siglo XIX evidentemente (y que a nadie le falte su sombrero, un objeto incomprensiblemente imprescindible en aquella época).

Cuando la nave es disparada llegamos a la escena immortal de la colisión con el ojo derecho de una pequeña Luna, cuyas dimensiones no tienen nada que ver con la Luna en la que están en la escena siguiente. Una vez ahí la nave desaparece sin motivo, pero a nadie parece afectarle demasiado esta pérdida (Méliès era un obsesivo de las desapariciones, si no hacía desaparecer algo cada 5 segundos no era feliz). Cuando duermen la cosa se vuelve aún más rara, aparecen las sonrientes estrellas de la osa mayor y otras maravillas celestes.

El punto conflictivo es cuando ven al primer selenita, parece que los alienígenas son hostiles y nuestros amigos están en peligro, pero se dan cuenta de que los habitantes de la Luna son increíblemente fáciles (y divertidos) de matar, basta con un golpe para hacerlos explotar. Así que por más que los capturen y los lleven ante su rey no tienen muchos problemas para reventarlos a paraguazos y largarse.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jormungander
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