Ari Aster pegó dos pelotazos que le han valido para que las productoras le otorguen libertad creativa total y así poder escribir y dirigir con el cagómetro a cero. Pero a ver cuánto le dura el privilegio tras Beau Tiene Miedo, una cinta que no ha funcionado en taquilla y parece que tampoco ha entusiasmado al público. Veremos si sube su cagómetro en su próxima obra.

A mí no me ha disgustado, vaya por delante. La cinta es un prodigio de técnica, con constantes autoreferencias en forma y contenido a Midsommar y Hereditary. Ari se une al club de las 3 horas y el mamón consigue que le sigas el juego, pese al bajón central que sufre la película.

Su primera parte funciona bien. Me sentí reflejado en el pobre Beau, ya que tengo sueños recurrentes en los que debo hacer algo sencillo (como ir al aeropuerto y coger un vuelo) y de repente, todo empieza a complicarse de la manera más absurda y parece que el universo conspira contra mí. Y encima en pijama. Me despierto, me tomo un café y estoy perfecto, no os preocupéis, no soy digno de que me hagan una película.

Luego, la trama del bosque se me hace bola, entiendo la necesidad de contar ese plan alternativo de vida de Beau, pero se podía haber hecho en 10 minutos, e igualmente le daba tiempo a Ari de hacer todas sus florituras visuales.

La parte final, no está a la altura del principio, pero al menos te mantiene atento a base de burradas.

Y luego lo de Joaquín... A mí cada vez me da menos vergüenza decir abiertamente que será, si no lo es ya, el MEJOR ACTOR DE LA HISTORIA. Sí, pelomanteca, ya sé que para ti el mejor tiene que estar obligatoriamente criando malvas. Pero con suerte, tu hijo te hará la misma revelación que yo mientras te esté cambiando el pañal en tu lecho de muerte y te acordarás de mí antes de irte al infierno. Hostia, vaya brote destroyer me acaba de dar.

Ahora, vamos al spoiler y te comentó mi interpretación sobre el significado de la película. Tengo un par. Y de interpretaciones, también.