El primer trabajo de Ryan Gosling tras las cámaras es una película de autor, donde se palpan las ganas por contar algo original y contarlo con mano propia. Y le sale bien, no para el gran público idiota, pero sí para aquel que ve el cine como una expresión de arte, que a su vez es el que sabrá valorarla.

Lost River es una fábula en forma de fantasía oscura y ambientada en una ciudad actual aunque de aspecto postapocaliptico (seguramente basada en Detroit). La historia es lineal y nada críptica, pese a lo que pueda parecer de antemano, y es una particular versión de un cuento fantástico de héroes que luchan contra dragones, maldiciones y brujos. Tan sólo hay que saber localizar cada papel.

Algo muy importante y que pocas veces se consigue: esta película tiene atmósfera propia, misteriosa y apabullante. La ambientación nos lleva por carreteras destruidas, casas abandonadas, grafitis y bicicletas en llamas. Un lugar desolado, víctima de la economía, al que la naturaleza empieza a comer y gente de baja calaña a gobernar.
Destaca el uso de la iluminación, casi un personaje más. Luces de neón de diversos colores bañan las imágenes otorgando un toque tétrico, dramático y pesadillesco.
A la cuidada estética se une la música de Johnny Jewel, aumentando la fuerza de las imágenes, ensalzándolas al esplendor.
Resultado: un hechizo hipnótico que te alcanza en el primer minuto y no te suelta hasta el último.

Además se transmite un valor ante el cual gira la trama: el hogar está donde está la familia. No hay que agarrarse a un pasado ahora sin futuro.
La crítica social se puede encontrar en el propio contexto, una ciudad en ruinas consecuencia del capitalismo, donde las pocas familias que quedan son estafadas y desahuciadas, donde las riendas del lugar las coge un chalado que monta un club de deseos perversos que solo servirá para arruinar aún más el lugar, mientras las calles son territorio de otro lunático sádico.

Buenas interpretaciones de todo el plantel. Lo cierto es que es un gran debut. No te pierdas esta cautivadora epopeya noir.