Casi que sangre... Bone Tomahawk es, amén de una experiencia no apta para todos los estómagos, una sorpresa deliciosa. Como película del oeste funciona perfectamente, pero además tiene ese pequeño/gran toque de cine slasher (o gore más bién) que, en mi opinión, está bien llevado. Kurt Russell está maravilloso como ese sheriff de frontera de sólidos principios y que se embarca sin pestañear en un viaje casi suicida con su entrañable ayudante, un marido desesperado y un arrogante asesino de indios; en realidad todo el reparto está maravilloso, y destacaría la pericia del director para hacer naturales tanto los momentos de intimidad y cháchara intrascendente como los de pura acción. Y es que Bone Tomahawk no es una película trepidante, pero mantiene perfectamente un ritmo pausado que sube in crescendo hasta la apoteosis final. No quiero revelar nada aquí de la trama pero por sintetizar diría que es un western contemporáneo sólidamente filmado e interpretado, que contiene alguna escena más escabrosa de lo normal y que transita caminos inexplorados para el género, coqueteando con el terror. En definitiva, muy recomendable si se acepta este pequeño peaje que supone un muy reducido porcentaje del metraje total.

PD: teniendo en cuenta que es una ópera prima, el pulso es excelente. Habrá que seguir de cerca al señor Zahler.