Soy un tipo exigente cinematográficamente hablando y rara vez otorgo a una película una valoración de “10 sobre 10″ pues eso significaría ser la perfección en persona. No tuve más opción que darle esa calificación a Alfonso Cuarón cuando estrenó ‘Hijos de los hombres’, una de las mejores películas que se ha podido ver en cines, una película completamente perfecta con un genial Clive Owen. Amigos míos, ‘Gravity’ se le acerca, pero no lo consigue.

No por ello ‘Gravity’ deja de ser, a falta de pocos meses para que termine el año, una de las mejores películas de 2013. Capaz de hacer que me mantuviese agarrado a la butaca durante apenas una hora y media y sufrir ante la mayor aventura vivida por el personaje de Sandra Bullock. Y sí, la Bullock está de Oscar. No lo ganará, pero es innegable que hace una interpretación esforzadísima para resultar convincente, al igual que Clooney.

Y no ha hecho falta comerse la cabeza con un argumento muy novedoso. Un apacible viaje espacial se convierte en una odisea donde nadie puede oírte gritar. El universo, infinito donde no hay nada ni NADIE. Y Cuarón (que pone la cámara donde pocos pueden o saben ponerla) hace que sientas esa claustrofobia de perderte en el espacio y no tener escapatoria. Confirma una vez más que es uno de los más hábiles directores de la actualidad.

También lamento y mucho, no haberla visto en 3D. Creo que tiene que ser una de las mejores experiencias cinematográficas que existen pero mi poca fe en esa tecnología hizo que me echase para atrás en el último momento.

‘Gravity’ es, a muchos niveles prodigiosa, magistral y una lección de como rodar una película. Puro espectáculo para sentarse y disfrutar. Una mezcla perfecta entre la belleza del universo y el miedo que sentimos ante algo que desconocemos.

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