Sin lugar a dudas Maestro de Bradley Cooper era una de las películas más esperadas de este año, por su trama y sobre todo por las buenas críticas que recibió en festivales de cine internacionales, valió la pena tanto la espera, la verdad es que si por varias razones, en primer lugar la dirección de Cooper es sumamente sensible, estilizada y audaz en casi todo el metraje. En segundo sus interpretaciones sobre todo Carey Mulligan quien se roba el show en cada una de las escenas que sale y en tercer lugar por lo poética que se vuelven varias escenas al tener varios significados e interpretaciones diferentes pero que al mismo tiempo son coherentes con la historia.

Por otra parte la película no es perfecta sobre todo en su tramo final el cual se entiende porque está ahí, pero desafortunadamente el desarrollo de este es muy melodramático y manipulador a partes iguales, quiere sacar la lagrima fácil a toda costa, adicionalmente a veces se le va la mano a su director en creatividad en ciertas escenas porque si bien se sabe que quiere representar, simplemente se siente muy fuera de lugar y pretenciosas, solo para darle estilo a la película pero realmente no encajan mucho.