Los pitufos se pasan al cine con la típica típica historia de "perdidos en la ciudad de Nueva York (o cualquier megalópolis)" de las que hemos visto mil y una más (ya sea con perros, gatos, cerditos, princesas de cuento, indios... y hasta chinos comunistas).

Papa Pitufo y un puñado de sus pitufitos se ven atrapados en Nueva York donde pasarán peligros y harán nuevos amigos mientras tratan de encontrar el camino de regreso a su aldea pitufa.

La cinta es para niños, sí. Es entretenimiento infantil puro y duro con una trama pueril llena de familiares clichés de aventuras, enemigos, amistades, gracietas y persecuciones con un guión que definitivamente no pasará a la historia del cine... pero es uno de esos productos infantiles con los que los críos disfrutarán increíblemente y un adulto se entretendrá sin pesadumbre y con cariño.

Y es que el film distrae con simpatía y ternura. La trama se desarrolla de forma aligerada y a buen compás sin alargarse apenas en situaciones futiles (ya que la trama siempre va progresando con habilidad generando cierta expectación), la alegre ambientación es muy decente, las actuaciones son muy dignas (Neil Patrick Harris está simpático y natural al igual que su compañera Jayma Mays; Hank Azaria se lo pasa pipa con su divertido; estrambótico y autoparódico Gargamel; y Vergara sorpende con su voraz y materialista jefa), pero sobre todo la cinta logra su gran reto: el presentar a unos pitufitos con una animación de lo más tierna y una personalidad de lo más adorable. Se ha logrado a unos pitufitos dulces sin ser empalagosos, unas ricuras monas a las que dan ganas de achuchar en todo momento. Estos personajes (el encantador torpe, el delicioso Papa Pitufo o la rica pitufina) se hacen cómplices del espectador en cuestión de segundos haciendo de sus momentos algo magnetizante, haciendo que sus momentos tópicamente sensiblones sean de "¡aaawwwww!" (como cuando papa pitufo habla del amor a sus pitufitos), o haciendo que las tontas gracietas hagan soltar la carjada estruendosa en los críos (los niños no paraban de reirse en el cine) y la sonrisa en el adulto solo por simple el hecho de ser protagonizadas por estos personajitos azules.

Quizá al introducir a estos pitufos en el mundo real metropolitano y consumista, hayan quedado algo desvirtuados y suavizados (el ser incapaces de vivir aventuras más frescas y descaradas como hubiera sucedido si hubieran estado dentro de su aldea), pero sí consiguen un halo de ternura que enaltece un producto y una historia que ya hemos visto tantas y tantas veces.

En fin. Típica y trillada cinta familiar, inofensiva, simpática y agradable. Ideal para ver con críos.

Lo mejor: Papa Pitufo
Lo peor: La poca capacidad para la sorpresa que ofrece la trama.