Tenés que ser fan acérrimo de Friends, haber visto decenas de veces cada capítulo y reirte como si ese episodio que conocés de punta a punta en realidad fuera nuevo, anticipándote en voz alta a los remates de esos gags inoxidables (e inolvidables).
Tenés que haber conservado en tu mandíbula las risas que aún afloran con el almuerzo de batas blancas y sacos azules en el museo, la clase teórica de cómo hacer disfrutar sexualmente a una mujer por parte de Mónica, los recuerdos del día de Acción de Gracias, el descubrimiento de Phoebe en el departamento del vecino nudista del edificio de en frente, Joey y Chandler en Londres, cuando Rachel aparece con lencería erótica ante los padres de su novio que llegan de improviso, los pantalones de cuero de Ross.
Tenés que ser alguien que haya superado los 40 para emocionarte con este reencuentro como lo hiciste con esa emotiva reunión de la promoción del secundario, con gente con la que compartiste infinidad de historias y la tenías jóven y adolescente en tu memoria, demostrándote en ese instante que lo que para vos fue un minuto en realidad fue más que un año.
Tenés que haber humedecido tus ojos cuando Ross y Rachel se unieron (como langostas) nuevamente en un beso luego de ver el video de su adolescencia o cuando Mónica le pidió casamiento a Chandler.
Tenés que obviar que las últimas temporadas no fueron las mejores, que los personajes se fueron caricaturizando y que en algún momento (ya sea por los libretos, la continuidad por conveniencia o la rutina) la magia se perdió.

Si contás con estas condiciones, vas a disfrutar muchísimo de estos cien minutos, de esta reunión entre amigos de la cual también formás parte. No te va a importar la esquematización de ciertos tramos que ante la reiteración pierden frescura. No te molestarán los invitados-fans-famosos que no aportan nada a este sube y baja de sentimientos. No cuestionarás el hecho de que no se cuenten muchas mas intimidades y entenderás que no era el objetivo transformar esta reunión en un jugoso documental.

Al fin ya al cabo... ¿Hay algo mejor que juntarse con gente querida que hace mucho que no ves y dar paso a la nostalgia de aquellos viejos tiempos?