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Voto de RagingSergio:
10
8,3
14.757
Drama
El Jaibo es un adolescente que escapa de un correccional y se reúne en el barrio con sus amigos. Unos días después, el Jaibo mata, en presencia de su amigo Pedro, al muchacho que supuestamente tuvo la culpa de que lo enviaran al reformatorio. A partir de entonces, los destinos de Pedro y el Jaibo estarán trágicamente unidos. (FILMAFFINITY)
16 de septiembre de 2007
52 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Preguntarse sobre la existencia de un Dios salvador, de un ser bondadoso capaz de dar ternura y compresión. Luis Buñuel busca una explicación a una pregunta siniestra: ¿que mundo habitamos en el que se trata a los niños como escoria? Una sociedad que no da segundas oportunidades a seres que comienzan a vivir.
La película gira en torno a dos muchachos principalmente. El primero de ellos es el líder del grupo de chicos del barrio, ocultando su búsqueda de una identidad que le sitúe en el mundo a través de chulería y violencia. El segundo de ellos, más jóven que el primero, se niega a aceptar la negación del amor materno, involucrándose en diferentes altercados que le mantendrán unido a un grupo de pertenencia que le sirva de referencia a modo de "hogar". Entre ellos se sitúa "Ojitos", un ser absolutamente inocente y bondadoso abandonado por sus progenitores y abocado a ser devorado por las hienas que le rodean.
Como no podía ser menos, la presencia surrealista está también presente en "Los olvidados", fundamentalmente a través de la escena de un sueño que tiene Pedro en su casa. Rodada a una velocidad algo menor, la escena es un prodigio técnico-artístico. En otra escena casi al final de la película, que obviaré para no descubrir nada, también interviene el componente surreal de una manera exquisita.
El final de "Los olvidados" es cruel, despiadado, brusco y seco. Es una puñalada en el corazón de los espectadores. Luis Buñuel es eterno por obras como ésta.
La película gira en torno a dos muchachos principalmente. El primero de ellos es el líder del grupo de chicos del barrio, ocultando su búsqueda de una identidad que le sitúe en el mundo a través de chulería y violencia. El segundo de ellos, más jóven que el primero, se niega a aceptar la negación del amor materno, involucrándose en diferentes altercados que le mantendrán unido a un grupo de pertenencia que le sirva de referencia a modo de "hogar". Entre ellos se sitúa "Ojitos", un ser absolutamente inocente y bondadoso abandonado por sus progenitores y abocado a ser devorado por las hienas que le rodean.
Como no podía ser menos, la presencia surrealista está también presente en "Los olvidados", fundamentalmente a través de la escena de un sueño que tiene Pedro en su casa. Rodada a una velocidad algo menor, la escena es un prodigio técnico-artístico. En otra escena casi al final de la película, que obviaré para no descubrir nada, también interviene el componente surreal de una manera exquisita.
El final de "Los olvidados" es cruel, despiadado, brusco y seco. Es una puñalada en el corazón de los espectadores. Luis Buñuel es eterno por obras como ésta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Hay escenas que duelen en el alma al contemplarlas: como cuando Pedro le pregunta a su madre incesantemente porque no le quiere o la insta a que le pegue para purgar sus presuntos pecados. Otro escena memorable es la mantenida entre el director de un correccional y el muchacho al que la madre rechaza; aquí es cuando aparece la presencia de un ser que tiende la mano al chico y le muestra su disposición a creer en sus buenas intenciones. La asociación Dios-misericordia aquí es cambiada por la de Enseñanza-redención. Algo muy propio de Buñuel, ateo confeso y miembro en sus tiempos de la Residencia de Estudiantes.
El único elemento religioso que aparece en toda la película es un crucifijo estampado en la puerta de un músico ambulante ciego. Curioso que se asocie la única referencia a Dios con la ceguera. Llega un momento en el que el músico muestra su cara verdadera: cierra la puerta de su casa para que no entre ningún niño a la vez que blasfema y maldice. Afirma que los niños son una maldición y que no deberían nacer nunca. El que en principio se erige en protector de un cándido e inocente muchacho ahora se convierte en su perseguidor implacable. Pero anteriormente otros chicos habían hecho daño al anciano, dejando herida de muerte su dignidad.
El único elemento religioso que aparece en toda la película es un crucifijo estampado en la puerta de un músico ambulante ciego. Curioso que se asocie la única referencia a Dios con la ceguera. Llega un momento en el que el músico muestra su cara verdadera: cierra la puerta de su casa para que no entre ningún niño a la vez que blasfema y maldice. Afirma que los niños son una maldición y que no deberían nacer nunca. El que en principio se erige en protector de un cándido e inocente muchacho ahora se convierte en su perseguidor implacable. Pero anteriormente otros chicos habían hecho daño al anciano, dejando herida de muerte su dignidad.