Interstellar. Una idea cinematográfica que prometía ser interesante. Una historia que en su primera hora en la pantalla nos envuelve con su intriga, misterio y el inicio del desarrollo de varias posibilidades.

Lamentablemente, a medida que avanza la historia lo que hace es aniquilar esas posibilidades, entrando sin pudor al melodrama sensiblero que sobresale, sin esfuerzo alguno, al toque de ciencia ficción. De hecho, la parte que hubiera sido lo más interesante y diferente del filme se ve arropada y asfixiada por el melodrama sin sentido y traído por los pelos.

Este trabajo de Christopher Nolan ni se acerca remotamente a sus excelentes Memento (2000) e Inception (2010). Que pena.
Seis de diez.