Para empezar, no me hubiese molestado en ver esta película si no me hubiese tragado antes todas las temporadas de la serie en su momento. Y si vi la serie entera fue porque a) me prestaron los dvd's y b) a pequeñas dosis, se me hacía entretenida, pese a estar llena de clichés y pese a no soportar demasiado a la protagonista (siempre me cayeron mejor Samantha y Charlotte).

La película es como un episodio de 20 minutos alargado como un chicle. O sea, que hacia la mitad, ya casi no te acuerdas de qué sabor era el chicle de tanto que lo has mascado, y optas por escupirlo o (para ser más cívicos) envolverlo en un papelito y tirarlo. Pues eso, amigos, eso es lo que me ha pasado viendo esta peli, que, para ser sinceros, tiene la sustancia de un capítulo, pero dura como 5 veces más... y todo lo que pasa es tremenda y soporíferamente predecible. Carrie se compra Manolos como quien compra salchichas (pero ¿de dónde saca tanto dinero esta mujer? Aunque eso ya me lo preguntaba yo cuando veía la serie), Carrie se come la olla hasta el infinito, Carrie se deprime, Carrie tiene bloqueo de escritora, Carrie se va de compras para olvidar lo malos que son los hombres, Carrie se sienta con sus amigas en una cafetería para contarles las cosas horribles que le han pasado, etc.

En un segundo plano, las otras tres protagonistas pasan por sus propias vicisitudes, todas ellas muy sosas pero a la vez bastante creíbles. Quizá lo único que salva a la película es que toda ella es una cosa muy simple (exceptuando los modelitos de Carrie... por Dios, qué combinaciones... ¿y quién diablos tiene el valor de acostarse a dormir con un collar de perlas puesto encima del pijama, arriesgándose a morir ahorcada por el glamour?).

Le pongo un 5 porque me hicieron gracia algunas cositas. Y lanzo una advertencia: si no has visto la serie, mejor no veas la película, porque entonces sí que pierde la poca gracia que tiene.