Este entretenido y culpable placer no tiene ni pies ni cabeza. Es a la vez una absurda película y un delicioso envite a disfrutar de un trago peleonero de bozka-gore, una especie de tarantino-film con toque ultra-feminista.

Advierto que el guión es malo de solemnidad, una concatenación interminable de absurdas e irreales situaciones que nadie puede creerse aparte del guionista. Sólo por ello, la película no merecería salir de cajón de "mala". Sin embargo, la directora le da tal rebozado de gratuito morbo y espesa violencia, le imprime una personalidad tan sólida al conjunto... que no tengo más remedio que subirle la nota a "regular" porque me ha mantenido todo el metraje pendiente de la pantalla. Sabe llevar las riendas y consigue un potente cóctel que no todos hubieran conseguido con un guión tan malo. Tiene ideas. Sabe darle tempo. Lo que me cuenta es totalmente absurdo e irreal... pero es solvente en su forma de contarlo.

Es cierto que da menos de lo que debe dar, se pierde aquí y allí sin saber transmitir ciertos elementos de "realismo" que se echan en falta (sin duda, se queda a cierta distancia del maestro Tarantino en lo que a violento realismo se refiere) le falta cierta "intuición" a la hora de cerrar las muertes (esa intuición para "saber lo que pide el cuerpo del espectador"), y también se nota la falta de experiencia. Pero es toda una sorpresa en el catálogo de películas de absurda violencia gratuita. Empieza floja, parece que resbala, pero luego aprieta el acelerador. Sí, repito, las situaciones y el guión son un ABSURDO, pero la directora nos ofrece un plato digno de lentejas.

Además la señora Matilda está de muy buen ver y la ropa interior que le ha colocado la directora toda la película mantienen el interés del espectador en alza. Sólo por eso, merece totalmente la pena.