Sin duda una obra imprescindible en el cine de terror y eso que no aparece ni sangre ni nada de esas cosas que hoy en día caracterizan al cine de terror actual.
Este es el ejemplo del buen cine donde se nota la mano de un buen director que dirige a una gran actriz como es Mia Farrow y es capaz de llevar a cabo un buen cine de terror con ningún elemento sanguíneo y con muchos psicológicos.
Sin duda una obra maestra del género el cual ha conseguido sobrevivir al paso de los años siendo un clásico del cine.
El pulso de la película hace que sea una película tensa desde las primeras escenas hasta el final, unas escenas bien dirigidas y actuadas tocando un tema muy delicado incluso para el mismo Polanski.
El joven director polaco demuestra aquí un lado de su gran talento de director que ya demostró con anterioridad pero aquí consiguió entrar en la lista, no solamente de directores de moda sino en la historia del cine, firmando esta genial película de terror.
Inolvidables escenas que guardan una tensión interior consiguiendo un terror absoluto y un suspense continuo en el espectador, esa es su genialidad.
Un guión bien elaborado, buenas actuaciones, buenas interpretaciones y una buena ambientación con una buena banda sonora, esos son los ingredientes de esta gran película.