Tras "Batman Begins", Cristopher Nolan vuelve a ofrecernos una nueva edición de las aventuras del "hombre murciélago", en lo que se podría considerar como una segunda versión, tras las películas de Tim Burton y los escarceos espectaculares de Joel Schumacher.

Nolan propone continuar el hilo argumental de la primera parte, dando un salto en el tiempo. Si en la primera parte el film giraba alrededor de la génesis de un héroe, ahora nos encontramos a un Batman (de nuevo interpretado por Christian Bale), en plena lucha contra el crimen, un tanto cansado y agotado no sólo de la lucha sino de la doble vida que lleva, como multimillonario de día y super-héroe de noche. La aparición del fiscal de Gotham City, Harvey Dent (Aaron Eckhart), el cual parece tener más éxito contra los criminales a cara descubierta que el atormentado Batman. Sin embargo, la aparición del Joker (interpretado por el malogrado Heath Ledger) trastoca los planes del protagonista de retirarse.

El director consigue algo difícil, visto lo visto sobre la avalancha de películas de super-héroes, que es supeditar los efectos especiales al film. Nolan dota de profundidad argumental a la película, presentando a un personaje amargado, Batman y a su aparente antítesis, el Joker. Aunque lo de antítesis es más aparente, ya que ambos personajes siguen caminos paralelos. Aunque con fines diferentes (la justicia y el orden por parte de Batman y el caos por parte del Joker), ambos se sirven de los mismos métodos: la violencia. Para pelear contra el crimen, Batman debe situarse por encima de la ley, contando con el beneplácito de la policía. Aunque eso se vuelve no sólo en su contra, sino en cuantos le rodean, que no suelen acabar bien. Por su parte, el Joker es un personaje que se recrea en la violencia, y no duda en servirse de ella personalmente cuando le parece. Realmente es meritoria la interpretación de Ledger, aunque también hay que reconocer que es un tanto desmedida.

La película parece en ocasiones más un "thriller" con tintes trágicos que no un film espectacular y efectista, en los que Nolan consigue dosificar y planificar con acierto los momentos de acción del film, consiguiendo un film con identidad propia sin necesidad de imitar el estilo gótico de Burton, manejando además todos los personajes que intervienen en el film, con un notable reparto en el que además de los mencionados hay que citar a Michael Caine, Morgan Freeman, Gary Oldman, Maggie Gyllenhaal, en el que todos tienen la oportunidad de lucirse y aportan su granito de arena a la trama argumental. En definitiva un film entretenido, con un trasfondo denso y oscuro, aunque evitando estridencias incómodas en un film de vocación comercial.