Pese a que Robert E. Howard es un escritor sobretodo conocido por ser el creador de “Conan el bárbaro”, su obra no se reduce únicamente a las aventuras de éste. Otra de las creaciones de Howard es un curioso caballero inglés del siglo XVI, con un tormentoso pasado a sus espaldas y que se mueve por una Inglaterra prácticamente irreconocible. Es muy posible que la aparición de este personaje, producido en Inglaterra, tenga bastante que ver con el hecho que se está preparando un “remake” del las aventuras de “Conan el Bárbaro”.

Es cierto que tanto Solomon Kane (aquí interpretado por un actor que se ha prodigado mucho más en el medio televisivo como James Purefoy) como Conan comparten muchos aspectos en común, como su soledad, su pericia con una espada, su preferencia por la acción y su sentido de la justicia que les lleva a ambos a poner sus habilidades al servicio de “causas justas”. La verdad es que si nos ceñimos únicamente a los personajes, no hay muchas diferencias entre ambos (excepto el aspecto físico, eso sí).

Sin embargo, el realizador Michael J. Basset ha intentado derivar el film hacia caminos algo más oscuros, aprovechando el pasado del personaje, y que la trama gira alrededor de seres que parecen surgidos de mundos tenebrosos contra los que tendrá que luchar el protagonista, para realizar un film en el que predominan los tonos gris-oscuros, intentado ahondar en el ambiente sobrenatural y terrorífico que tienen las andanzas del protagonista. Al menos esto ayuda a hacer un film que tiene un aire más bien “adulto”, en contraposición a los films “made in Hollywood” que tienen una orientación marcadamente más infantil.

Pero esto no impide considerar a este film como un film de aventuras, en el que predomina la acción, pese a que Basset la dosifica convenientemente para soltarla con fuerza hacia la segunda parte del metraje, donde, una vez el personaje interpretado por Purefoy (quien no parece rehuir el parecido con Hugh Jackman), ha terminado con sus dudas y decide resolver a golpes de espada todos los problemas del film.

El resultado final es un film correcto, que cumple con su función de entretener y al que hay que resaltar esa voluntad por parte del realizador de hacer un film que pueda ser considerado entretenido para un público mayor del habitual, el que creció leyendo las historietas del otro personaje creado por Robert E. Howard. Por lo demás, al menos también en el ámbito cinematográfico, Solomon Kane seguirá siendo considerado el “hermano menor” de Conan, ya que sin negar que entretiene, también es cierto que no consigue hacer mucho más.