Tanto si se es fan de las novelas de Anne Rice como si no, es imposible sacar nada positivo de la película de Michael Rymer.
Hay que reconocer la valentía y el esfuerzo por intentar llevar a la pantalla una novela tan rara, complicada y poco cinematográfica como La Reina de los condenados, pero es que ésto no tiene ni pies ni cabeza. Está mal hecha, los efectos visuales son risibles, la fidelidad a la novela es muy cuestionable, y los actores, aunque hacen lo que pueden (sobre todo Vincent Perez, un digno Marius, y la fallecida Aaliyah), no son los adecuados para sus personajes. Y por si le faltaba algo, es aburrida y caótica.
En definitiva, un desastre con patas. Se intentó, pero no pudo ser. Ya era muy difícil desde el principio, porque la novela es para echarla de comer aparte (y ésto lo dice una fan absoluta de las Crónicas Vampíricas de Rice), pero es que ésto es una bazofia muy grande.

Lo mejor: Lo que consiguen Vincent Pérez y Aaliyah con lo poquito que tenían para jugar. Y lo guapo que está Stuart Townsend.
Lo peor: Todo lo demás.