David Mackenzie ha rodado dos películas bastante notables, como son Perfect Sense y El rey proscrito, pero con American Playboy patinó de lo lindo. Por cierto, el título original, Spread, que quiere decir repartir, propagar, difundir o untar, según el contexto... cabe preguntarse si se refiere a lo que reparte entre las féminas el protagonista, Nikki, que no es precisamente paquetes de Amazon, aunque algo sí tiene que ver con la palabra "paquete". Sigamos.
American Playboy es tontísima. Así de claro. Y además de tonta, da una imagen nefasta de hombres y mujeres. A saber: ellos son tontos, pero muy tontos, pero como están buenos saben ser manipuladores y vivir del cuento. Ellas son ricas y guapas, sí, pero más tontas todavía por caer en las garras de semejante energúmeno, y con la autoestima, entendemos, a la altura del pecho de una culebra.
La película puede resultar más o menos pasable desde el punto de vista del entretenimiento, y desde luego sabe sacar partido a esas mansiones tan bonitas y a los alrededores de Los Angeles. Todo parece como un anuncio de colonia. Lo malo es que el envoltorio de la colonia no lleva nada dentro.
Por cierto, curiosísimo también cómo evolucionó la carrera de Ashton Kutcher, desde aquellos inicios en la comedia más tonta posible de Colega, ¿dónde está mi coche? a multitud de roles de galán cómico y/o romántico gracias a su imponente físico.
Un espanto.

Lo mejor: Las imágenes son muy bonitas y "chulas", tipo anuncio de colonia.
Lo peor: Da una penosa imagen de hombres y mujeres, por igual, y es plúmbea.