Orejas largas, aquí donde la ven, fue muy controvertida en su tiempo porque se decía que el dramatismo de su trama traumatizaba las infancias de los pobres niños que la veían.
A ver, siendo justos, y vista hoy con ojos contemporáneos, pues tampoco es para tanto. Especialmente teniendo en cuenta que muchos nos criaríamos después con dramones como Heidi, Marco, Los animales del bosque, y ya ni hablemos de la violencia de series como Los Caballeros del Zodiaco. No obstante, es verdad que Orejas largas no es para niños, aunque lo pueda parecer.
Su principal problema, sin embargo, es una mitología muy rica en letra impresa, de eso no hay duda, pero que no termina de funcionar en la pantalla. Los personajes no están demasiado bien construidos, y las cosas que les van pasando no causan un verdadero impacto en el espectador adulto (quizás sí en el infantil, como decíamos, pero es que no es una cinta para un menor de 8-9 años).
Correcta, notable incluso en su animación y sus intenciones, pero no especialmente memorable en su narración.