Persiguiendo a Amy fue la película que comenzó a poner en el mapa a Kevin Smith.
Un poco como le pasa a su discípulo espiritual, Judd Apatow, Smith disfraza de irreverencia, tacos, humos escatológico y referencias sexuales lo que al final es una comedia romántica de libro, con una parte dramática también. Y es en esa parte dramática precisamente donde más triunfa la película, con ese epílogo tan logrado, tan maduro y tan bonito, y por supuesto triunfa también en su retrato de la homosexualidad femenina en unos años donde tampoco se veía tanto en la ficción. Igualmente, se trata quizás de uno de los mejores personajes de Ben Affleck, y eso se refleja en su interpretación. Además, hace muy buena pareja tanto con Jason Lee como con Joey Lauren Adams.
Una notable película, quizás la menor de un autor tan personal y único como Kevin Smith.