Por fin.
Una película de Lars Von Trier apta para los que no les gusta Von Trier.
Bailar en la oscuridad no es tampoco esa obra maestra que muchos vieron, básicamente porque la parte musical está cogida con pinzas y porque la realización "dogmática" de Von Trier le va como a un santo dos pistolas a ese tipo de números musicales (parecen mi prima y unos amigos bailando en un sitio de estos de cumpleaños con piñata, de lo fea y cutre que es la realización. Vaya, que yo los números apoteósicos no los he visto por ningún sitio). Tampoco termina de cogerle el punto el danés a la duración de la cinta, demasiado extendida en su tercio final, una vez ya sólo queda por cumplirse el destino de Selma.
Pero por primera vez, es fácil ver incluso para los menos fans de Von Trier por qué Bailar en la oscuridad despierta pasiones. Ahora sí. Y la razón cabe encontrarla en, por fin, un guión cuidado, unos personajes complejos y una narración que emociona. De hecho, emociona mucho. Esperen a ver el final, sobrecogedor, o la secuencia final de Bill y Selma juntos, o cuando habla por teléfono con Kathy (una Catherine Deneuve que está espectacular y no debería haber sido olvidada en los premios). Son escenas que encogen el alma, y hacen que el espectador sea uno con la protagonista.
Una protagonista, Selma, que a pesar de que no quede muy claro si sufre una leve discapacidad mental, aparte de su progresiva ceguera, ejemplifica el amor de una madre por su hijo, un amor que pasa por encima de cualquier cosa. Y ahí es donde entra Bjork. La islandesa nunca me ha interesado como cantante (de hecho, su voz y su música me resultan bastante desagradables), y su aportación a la banda sonora puede gustar a sus seguidores, pero como actriz no hay discusión. Es su primera (y única, hasta la fecha) actuación profesional, y parece que llevara haciéndolo toda la vida. Su emotividad es desgarradora y ya sólo su final hubiera merecido todos los premios del mundo. Parece que el rodaje fue infernal para ella por el trato de Von Trier, pero desde el punto de vista artístico, hay que quitarse el sombrero ante ella.
Emotiva película, la mejor sin duda de su creador.

Lo mejor: Bjork como actriz, sorprendente, y que hace sentir lo que tiene que hacer sentir.
Lo peor: La parte musical no termina de funcionar, y fácilmente podría haber sido más corta en su último tercio.