Pues nada menos que la grandísima triunfadora del Festival Internacional de Cine de Donostia, una película sin duda polémica y controvertida, que a uno/as les gustó mucho y a otro/as casi nada.
Y es que, tras su visión, el grupo de amigos acreditados de prensa que nos reunimos tras cada proyección para hablar de las cintas, dijimos, unos que era más bien mala y otros (que yo recuerde sólo dos, Santi y yo) que comentamos que iba a tener premio, aunque no sabíamos cuál. Santi, del prestigioso Cine Club Fas de Bilbao, dijo que le había parecido la más arriesgada, la que reunía todos los atributos para ser un film ganador de Festival. Yo no llegué a tanto y pensé que ganaría el Premio del Jurado, que no siempre se otorga.
Dejando esto aparte, la película tiene sin duda fuerza dramática de sobra, con un intriga e incluso suspense que deja mal cuerpo al espectador. Le deja azorado, inquieto y con muchas dudas sobre lo visto, pero nunca indiferente.
Tiene escenas excelentes como el largo prólogo y momentos de tensión y nervios como todos los que acontece con la figura del ¿policía?.
Una cinta que se aparta de los caminos trillados del cine actual, que, como he dicho antes, arriesga mucho y creo que al final le sale francamente bien, dejando aparte los premios conseguidos y los que, si se estrena, seguirá obteniendo.
Desde luego no es para todos los gustos y quien vaya a verla sólo por tener premios internacionales lo más seguro es que se llevará un gran chasco (se requiere la paciencia del espectador en escenas como el plano cenital de la protagonista tumbada en el prado). Avisado/s están. Pero tiene calidad.

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