Una extraordinaria cinta que, a poco que los espectadores seamos aficionados a las tramas oscuras y retorcidas, esas que asoman peligrosamente por los abismos de la incredulidad pero consiguiendo mantener el equilibrio sin llegar a caer en ella, nos va a hacer gozar de lo lindo, sorprendiéndonos, inquietándonos, pero logrando hacernos comprender, al fin, el terrible drama y el irónico destino del hombre cuyo único pecado consistió en tratar de rehuir el pecado.
Un noir en toda regla, claro que sí, aunque la historia camine de la mano del melodrama.
Nora Prentiss, su título original, parece que da que hablar entre algunos usuarios que expresan su desacuerdo por la importancia destacada que se le concede a la protagonista en detrimento del actor principal.
Quiero declarar que no opino igual. Ese título tiene una razón de ser, es importante para el buen disfrute de la trama que los espectadores no conozcamos absolutamente nada de lo que va a acontecer aquí, incluso leer una simple sipnosis puede restar sorpresa y anticipación. Nora Prentiss rehuye esa información, es un señuelo y, como tal, la imaginación del espectador probablemente se dirigirá hacia donde los responsables querían que se dirigiera.
Un amor adúltero, un marido y padre de familia respetable, formal y reprimido.
Si creen que con respecto a este tema ya se ha contado todo de mil maneras posibles, vean esta película. Una decisión impremeditada, impulsiva, fruto de la desesperación y la infelicidad, puede traer consecuencias catastróficas, el primer paso en el camino de la degradación del hombre.
Sí es un noir porque el destino parece parece guiar los pasos de sus protagonistas. Sí es un noir porque el destino se muestra burlón y despiadado, ríe a carcajadas y sin compasión, les pone la zancadilla y les impide incluso tratar de enmendar sus errores como diciendo...!Amigo!. !La suerte está echada!.

Una estupenda interpretación de todos sus integrantes, incluido Kent Smith, un actor de rostro apenas expresivo pero al que este papel contenido, tímido y reprimido, le va como un guante. Una historia algo estrambótica pero que resulta plausible (que conste que ideas más peregrinas que ésta se dan a miles en la vida real) y una sobria y elegante dirección de Vincent Sherman junto con un guion sólido, efectivo, elaborado, perfilando bien a los personajes principales, con hondura y en profundidad, hacen que resulte una delicia para los sentidos.
Un pequeño disfrute el de esta película semidesconocida y, Sherman, un gran director.