Tiene su punto esta comedia que satiriza el mundo vampírico en sus diferentes vertientes y que la literatura y el cine ha plasmado a lo largo de la Historia, llenando nuestra imaginación de personajes inolvidables.
Como si de un documental de investigación se tratase, un grupo de vampiros neozelandeses, acceden a la intromisión de las cámaras en la intimidad del hogar que comparten y nos muestran su día a día, en estos prosaicos tiempos del siglo XXI, donde la ausencia de mansiones tenebrosas o románticos castillos, hace que tengan que compartir un minúsculo piso en la capital y tratar de conciliar sus inusuales necesidades con las mundanas rutinas domésticas de un hogar moderno.
Tiene su mérito además, por tratarse de una película de muy poco presupuesto, donde realizan una excelente presentación de los personajes que a mí, me ha encantado.
Dicen por ahí, que esta película va directa a la categoría de obra de culto. No lo sé. Tampoco es que eso signifique algo en estos tiempos.
De hecho, creo más bien que no es más que otra gamberrada más. Muy original y sorprendente, eso sí, pero gamberrada al fin y al cabo.
Es más, creo que precisamente lo que la hace tan original es lo que, pasada la sorpresa inicial, le resulta un lastre que le quita todo el ritmo convirtiéndola en una película, a ratos, un poco cansina.
Porque se han currado mucho la presentación de los diferentes personajes dándoles un aire de cotidianidad que la hace muy graciosa al estilo documental " españoles por el mundo" pero en vampiros.
Pero se echa de menos una historia un poco más currada.
Yo, por lo menos, al cabo de media hora, sentí que ya no tenían mucho más que decir.
Con ésto no pretendo decir que esta película no sea recomendable. Al contrario. La recomiendo mucho. Tiene unos puntazos muy buenos.
Sólo digo que dudo mucho que esta cinta aguante varios visionados. Cuenta demasiado con el factor sorpresa.
Por todo ello no le puedo dar una gran puntuación, pero sí decir a todos los usuarios que creo que van a disfrutarla si la ven. Un visionado al menos, lo merece con creces.