No es " la mujer" pero casi, casi.
Que a Sherlock le pone en un brete y, si no fuera por sus propios compinches, que son unos chapuzas, es posible que estuviéramos hablando del fracaso de Sherlock Holmes. ! Música, maestro, que la dama aparece en escena!.
Tres cajitas musicales rulan por ahí. Guardan un secreto, no apto para negados sin oído como Watson o como yo, y la pobre Patricia podría haber manejado perfectamente la situación, si no fuera por el bruto de su compinche que le gusta manchar alfombras.
Pero en esas estamos Patricia. Tu colega ha atraído a Sherlock y con él vas a tener que habértelas.
No importa. Sherlock no es infalible. ! Hay que ver con qué gracia le toreas!. Le engañas, no una, sino dos veces, y porque la película no es más larga que, si no, ! vete tú a saber!.
Chica, a mí me has encandilado. Y eso que Sherlock no se queda corto, que lo de la oreja es un puntazo ( ahora empiezo a fijarme en las orejas de todo Dios) pero es que tú con el cigarrillo...! Muerde, pececito, muerde!.
A Watson es más fácil manejarle, claro. Cae como un pichón. Pero tengo que decir, en su favor, que este caso no lo resuelve Sherlock si no es por él. Para que luego digan.
Estupenda entrega. Trama divertida, intrigante y bien hilada que se sigue sin pestañear. Y, como siempre, con una ambientación cuidada al detalle. Fíjense si no, en la taberna de los actores. ! Una gozada!