Lady Halcón es un cuento de hadas con un toque ochentero muy chocante. La música de Alan Parsons y su tono mágico la hacen única en su género. Es una película que, por su estilo, está muy enclavada en su época, pero que aún así sigue teniendo encanto y se disfruta viéndola.
A pesar de que la película de Richard Donner no quiere sentar cátedra en su género, más bien su intención es ser un digno divertimento, hay momentos verdaderamente emocionantes en Lady Halcón. Ese amor irrealizable e incondicional entre Navarre e Isabel le da magia y emoción a una película concebida únicamente para divertir.
Lady Halcón es una historia de aventuras modélica. Un caballero errante, una dama embrujada, un pilluelo buscavidas y un obispo maligno son los carismáticos personajes de esta historia. La Edad Media de esta película es un espacio y un tiempo mágicos, que alberga las más grandes pasiones del ser humano, donde los personajes se enfrentan una y otra vez a su destino.
Lady Halcón, a pesar de que su factura tan ochentera pueda haberla envejecido, sigue teniendo encanto, gancho, y sigue siendo un entretenimiento muy digno. Puede resultar una curiosidad cinéfila a estas alturas, pero encierra más de un acierto. No está de más conocerla (como me ha pasado a mí) o revisitarla.