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Voto de Jean Ra:
6
4,6
11.193
Thriller. Drama. Terror
Milo, una estrella del porno ya retirada que vive con su mujer y su hijo, está pasando por apuros económicos. Una cita con una antigua compañera de rodaje, la pornostar Layla, le presenta la oportunidad de trabajar con un tipo llamado Vukmir en su nueva película de porno experimental. Milos acaba aceptando sin saber exactamente lo que va a rodar y acaba sumergido en una tormenta de depravación violencia, snuff, pedofilia, y drogas que ... [+]
4 de abril de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Supongo que nada más leer el título de la reseña lo primero que uno puede preguntarse es si su autor es un flipado o bien un notario con ganas de llamar la atención. Que es justo lo que se piensa de Spasojevic. Me parece que se está cometiendo a gran escala el error de suponer que el director realiza esta película para recrear una experiencia (para él) hermosa y gratificante o bien armar jaleo para hacer un producto llamativo que venda muchas entradas y DVDs. Si bien lo segundo no puedo descartarlo en redondo, quedarse sólo en eso, más que analizar lo que se ha visto, es dejarse confundir por el estrépito.
Claro que, por el contrario, más de uno la defiende después de haberse dejado impresionar por el hecho de estar viendo un producto extremo (como ya ha sucedido con la nefasta Ex-Drummer), sin ver que es una denuncia hiperbólica más que un espectáculo morboso, lo que supone estar en las mismas que los detractores.
Creo que los elementos están bien dispuestos y son bastante claros. A viva voz se nos dice que el director es "la espina dorsal de la economía de este país", lo que significa que simboliza el gobierno. Es un alucinado que tira de una retórica casposa y eso, más que convencer al espectador, es como se supone que ha de ser, dado que refleja que Serbia ha sido dirigida por verdaderos iluminados borrachos de poder. Si hubiesen estado en manos de gente cabal, no hubiera pasado lo que pasó. Pero él no es la cúspide. Como bien se ve en la película el director es un pelele del verdadero poder (el productor de la película porno) que maneja el cotarro a escondidas para desatar impunemente todo su desprecio hacia la gente.
"Una verdadera familia serbia", proclama el director. Eso es lo que representan Milos y los suyos. Ante una desesperada situación se han dejado engañar por una falsa promesa de prosperidad que, con la complicidad de las autoridades, les ha puesto bajo el control de siniestros personajes que han desatado la gran tragedia. Eso es lo que cuenta la película.
Por descontado se le puede reprochar a Spasojevic que se haya dejado llevar por los excesos, ¿pero acaso la magnitud de esa violencia no ha de representar la magnitud de la desgracia balcánica? Aún y así, si bien la contundencia que exhibe no es poca, pensaba que la cosa iba a ser bastante peor. Cuando vi el tráiler y las expresiones de fervor sicópata de Milos en las fotos promocionales suponía que el personaje iba a ser una especie bestia sádica que disfruta causando dolor (otra vez Ex-Drummer). A la vista está que no es así, que en los peores actos no está en sus cabales y a veces se corresponden con momentos que nada tienen que ver con las escenas más duras (como cuando orina sangre). Otra prueba de sus verdaderas intenciones es que su gran clímax no es una hilarante apoteosis violenta, si no una tristeza turbulenta.
(Sigo en el spoiler por falta de espacio)
Claro que, por el contrario, más de uno la defiende después de haberse dejado impresionar por el hecho de estar viendo un producto extremo (como ya ha sucedido con la nefasta Ex-Drummer), sin ver que es una denuncia hiperbólica más que un espectáculo morboso, lo que supone estar en las mismas que los detractores.
Creo que los elementos están bien dispuestos y son bastante claros. A viva voz se nos dice que el director es "la espina dorsal de la economía de este país", lo que significa que simboliza el gobierno. Es un alucinado que tira de una retórica casposa y eso, más que convencer al espectador, es como se supone que ha de ser, dado que refleja que Serbia ha sido dirigida por verdaderos iluminados borrachos de poder. Si hubiesen estado en manos de gente cabal, no hubiera pasado lo que pasó. Pero él no es la cúspide. Como bien se ve en la película el director es un pelele del verdadero poder (el productor de la película porno) que maneja el cotarro a escondidas para desatar impunemente todo su desprecio hacia la gente.
"Una verdadera familia serbia", proclama el director. Eso es lo que representan Milos y los suyos. Ante una desesperada situación se han dejado engañar por una falsa promesa de prosperidad que, con la complicidad de las autoridades, les ha puesto bajo el control de siniestros personajes que han desatado la gran tragedia. Eso es lo que cuenta la película.
Por descontado se le puede reprochar a Spasojevic que se haya dejado llevar por los excesos, ¿pero acaso la magnitud de esa violencia no ha de representar la magnitud de la desgracia balcánica? Aún y así, si bien la contundencia que exhibe no es poca, pensaba que la cosa iba a ser bastante peor. Cuando vi el tráiler y las expresiones de fervor sicópata de Milos en las fotos promocionales suponía que el personaje iba a ser una especie bestia sádica que disfruta causando dolor (otra vez Ex-Drummer). A la vista está que no es así, que en los peores actos no está en sus cabales y a veces se corresponden con momentos que nada tienen que ver con las escenas más duras (como cuando orina sangre). Otra prueba de sus verdaderas intenciones es que su gran clímax no es una hilarante apoteosis violenta, si no una tristeza turbulenta.
(Sigo en el spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La película no es ni mucho menos perfecta. Algunas cosas, como el matón de gafas negras o algunas imágenes insertadas a modo de fogonazos de flash-back, quedan cutres y sus recursos cinematográficos son más o menos correctos pero en ocasiones flaquean (esa aparición del productor queda muy cartón piedra). Además el ritmo no consigue ser uniforme y los saltos temporales son demasiado obvios y encuentro que, de no haber aclarado cuál era la línea temporal presente, esa confusión hubiese enriquecido la extrañeza que se vive en el enrarecido tercio final, el cual, dicho sea de paso, tampoco es nada del otro jueves a excepción de los últimos minutos, pero ante unas escenas tan brutales esas taras se notan menos.
El caso de esta película me parece equiparable al de la novela "American Psycho", malinterpretada hasta la saciedad por detractores y algunos defensores, que no son capaces de ver su intención crítica y dejan que su carácter extremo lo colme todo. El problema quizá no es tanto de la obra como de la poca capacidad de la masa para desafectarse del bullicio y saber captar la esencia de cada cosa. Quién sabe, puede que con más temple la sociedad no sería tan fácil de manipular y se podrían desmontar con más rapidez las mentiras que nos lanzan los bufones que nos gobiernan. De ser así, películas tan brutales como ésta no serían necesarias porque en el mundo no abundarían tantos horrores, que, como bien sabemos, ocurren todos los días en nuestro planeta.
Y es que no ha habido justicia en el mundo capaz de castigar al maldito Slobodan Milosevic en proporción a esa multitud de crímenes de los que ha sido responsable y promotor. Tampoco a sus cómplices.
El caso de esta película me parece equiparable al de la novela "American Psycho", malinterpretada hasta la saciedad por detractores y algunos defensores, que no son capaces de ver su intención crítica y dejan que su carácter extremo lo colme todo. El problema quizá no es tanto de la obra como de la poca capacidad de la masa para desafectarse del bullicio y saber captar la esencia de cada cosa. Quién sabe, puede que con más temple la sociedad no sería tan fácil de manipular y se podrían desmontar con más rapidez las mentiras que nos lanzan los bufones que nos gobiernan. De ser así, películas tan brutales como ésta no serían necesarias porque en el mundo no abundarían tantos horrores, que, como bien sabemos, ocurren todos los días en nuestro planeta.
Y es que no ha habido justicia en el mundo capaz de castigar al maldito Slobodan Milosevic en proporción a esa multitud de crímenes de los que ha sido responsable y promotor. Tampoco a sus cómplices.