Me sorprende descubrir la cantidad de detractores que tiene "Cometieron dos errores" y que surjan por motivos que a mí me suenan bastante ajenos y poco comprensibles. Para mí es uno de los mejores westerns americanos que filmó Eastwood, por encima de otros títulos igualmente respetados como por ejemplo "El jinete pálido" y que abre una senda que se culminará en "Sin Perdón".

El guión trasciende la típica alabanza del justiciero solitario a lo "Solo ante el peligro", atiende al contexto histórico y se erige como una reflexión acerca de la dificultad de impartir justicia en un territorio tan extenso e indómito. La película arranca de una forma que la sitúa en territorios semejantes a los de "Incidente en Ox-Bow", con una escena dónde la justicia impulsiva e inmediata arrolla al personaje de Jed Cooper. Desde ese punto descubrimos otros personajes y situaciones dónde la justicia institucional también recae en ambigüedades y excesos. La narración pone énfasis en el caso de los ladrones de caballos, de los cuales dos son meros ladrones y sólo uno de ellos es además asesino. La justicia se imparte por igual a los tres pero tanto el espectador como el propio Jed comprende que en el fallo no hay verdadera justicia pues todos reciben el mismo castigo. También vemos el caso de la viuda descorazonada, que aguarda sin desfallecer las llegadas de la diligencia con presos en busca de aquellos que asesinaron a su esposo. En su caso, la justicia es algo abstracto e inútil, cosa que demuestra la imperfección inherente a la existencia. Además también vemos como los ajusticiamientos se transforman en un entretenimiento popular y que nada tiene que ver esa matanza con equilibrar los desarreglos en la vida social del estado.

Todos estos casos se incorporan y matizan lo que para mí es el tema central, en recalcar la esencia de un país dónde hay demasiado terreno para tan poco habitante, un estado que no ha adoptado sus márgenes de forma orgánica y que no ha crecido conforme las necesidades de sus habitantes, si no al revés. En semejante tablero, el poder del estado es limitado y no siempre eficaz. Con menor énfasis en su reflexión, otras obras como ahora "La Ley del Juez Thorne" abordan este mismo asunto y en general se podría decir que de forma implícita buena parte de los westerns más afamados se apoyan sobre ese tema.

Por otro lado, también los antagonistas del protagonista tienen su oportunidad de exponer su pensamiento, cada cual muestra sus razones y posteriormente, dentro del grupo de esos justicieros impulsivos, surgen diferentes reacciones, con lo que sin duda se aleja del típico maniqueísmo facilón. En esta película no hay buenos y malos, si no errores y personajes con motivaciones más o menos subjetivas.

Pero claro, también es verdad que no se trata de una obra redonda. Mis pegas se dirigen por ejemplo a la actuación de Clint Eastwood, quien si bien por un lado desprende una presencia imponente a través de su actuación, poro otro no da la talla en las escenas dramáticamente más exigentes y de esa forma resulta insuficiente su escenificación del dolor físico, adoptando expresiones forzadas y poco naturales. También que decir que Ted Post, un artesano más o menos eficiente, logra una narración fluida pero su estilo resulta bastante discreto e incluso añade escenas faltas de ritmo como la del picnic, supuestamente necesaria para humanizar al protagonista. Para mí, el mérito está en el guión y la dirección aporta poco.

En una época dónde el western era seriamente cuestionado, se realiza este ejercicio reviosionista, pero que queda justificado al demostrarse capaz de trascender sus tópicos y elevarse a asuntos de mayor enjundia y ofrecer una historia potente que explora temas intemporales.