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Voto de harryhausenn:
8
Drama Kang vive solo en una casa grande. A través de los ventanales, mira hacia los árboles golpeados por el viento y la lluvia. Siente un dolor extraño de origen desconocido que apenas puede soportar y que afecta a todo su cuerpo. Non vive en un pequeño apartamento en Bangkok donde prepara platos tradicionales de su pueblo natal. Cuando Kang se reúne con Non en un cuarto de hotel, ambos hombres comparten su soledad.
27 de septiembre de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película comienza y vemos a un hombre sentado en su sillón que observa apesadumbrado el paisaje a través de su ventana. Gesto invariable, sin sonreir, sin llorar, sin apartar la vista, cual estatua. Postura de derrota y al mismo tiempo crispada, como si sus músculos renunciasen a entregar las armas, como si su propio cuerpo obligase a su mente a no rendirse.

Se trata de un plano fijo de muchos minutos, no sabríamos decir cuántos, pero muchos. La mente del espectador, al igual que la del protagonista, quisiera renunciar y abandonar la película, pero el cuerpo nos pide que nos quedemos, que nos relajemos, que nos dejemos llevar. Esto no se debe a que inconscientemente queramos ver qué ocurre a continuación, seguir el relato, si es que hay intriga alguna. Sino que queremos entrar en la película, formar parte de ella, sentirla en vez de verla.

Hace tiempo que el cine de Tsai Ming-Liang se ha ido volviendo cada vez más austero, más críptico y misterioso. El plano que abre la película parece casi corto comparado con el que cerraba su anterior trabajo de ficción, Stray dogs: Dos actores en contraplano ante un muro que observan durante veinte minutos para dejar al espectador plantado ante un final abierto. Veinte minutos de un mismo plano pueden parecernos excesivos, pero nunca innecesarios. La única necesidad que debe saciar el arte es la capacidad de expresión de su creador, no las que el espectador exija.

El director utiliza planos tan largos porque hoy se expresa a través de las emociones, no de los diálogos. "No necesitábamos voces, teníamos rostros" bramaba a una pantalla la fantasmagórica Norma Desmond de El crepúsculo de los dioses. Se trata, por tanto, de un cine donde los actores son esenciales, donde su actuación no puede basarse en una falsedad, en una farsa. No puede, en definitiva, basarse en un texto de ficción. Si existiera algún texto en el guión, éste serviría únicamente como acomapañamiento, como guía para alcanzar una meta fundamental: que los actores sientan el personaje y su situación como reales y que esa aceptación florezca en sus caras, en sus gestos y movimientos.

Si el recorrido entre el pensamiento y la reacción del personaje tarda tanto es porque no estamos observando actuaciones, sino sentimientos reales. Al mismo tiempo que el actor se desenvuelve en pantalla, el espectador se deja invadir por el silencio, se adentra en la atmósfera de la película, es consciente del paso del tiempo pero no de cuánto tiempo ha pasado, pues el tiempo ya no cobra importancia alguna. Tan gratificante resulta entretenerse con una película de ritmo frenético y acción constante como descubrir la fascinación por la quietud, rendirse a la calma y a la pureza.

Pureza es una palabra clave a la hora de definir Rizi. No sólo porque se trata de una obra que evita todo adorno, sobrecarga o complemento inútil. También porque se trata de un cine extraído en bruto de dos fuentes distintas. Por una parte, al cine de rostros ya mencionado. Es decir, el cine mudo cuando comenzaba a dar mayor peso a las actuaciones y no a la composición del plano. Un pequeño guiño que encontraremos en la cajita de música, que reproduce la melodía de Candilejas, film sonoro del mayor icono del cine mudo, Chaplin. Por otra parte, es un cine completamente digital e incluso futurista, donde la imagen se ve enormemente influída por la tecnología que la crea.

Ming-Liang logra, en conclusión, adaptar la base primigenia del arte cinematográfico a los formatos actuales hasta el punto de emocionar y fascinar sin necesidad de añadir absolutamente nada más.

hommecinema.blogspot.com
harryhausenn
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