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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Adrián Klas:
5
Serie de TV. Drama Serie de TV (2013-Actualidad). 3 temporadas. 33 episodios. Una familia jaredí que vive en un barrio utraortodoxo de Jerusalén lidia con el amor, la pérdida y los vaivenes de la vida cotidiana. Shulem Schtisel es el padre de una gran familia. Le preocupa que su hijo más joven no se case, mientras que su hija, Giti, mantiene en secreto que tiene problemas matrimoniales. Su hijo mayor, Zvi Arie, intentará arreglarlo todo sin que su padre ... [+]
21 de marzo de 2021
9 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recién termino de ver la primera temporada: si una vez concluida la segunda -aparentemente estaría por estrenarse la tercera-, cambia mi impresión sobre "Shtisel", no tendré problemas en desdecirme y/o eliminarla., pero de continuar en la misma sintonía, no creo que eso vaya a ocurrir.
Sabrán disculparme quienes se vean afectados por esta crítica; pero algunas cosas no tan elogiosas sobre esta "buena gente" de la que trata la serie, tengo para decir... Ante todo aclaro contar con antepasados judíos religiosos, no ortodoxos, y observantes hasta mi propia generación; de modo que el contexto no le es ajeno a mi propia experiencia de vida.
De ello surge que hay que hacer una distinción entre los casos particulares sobre los que se basa la historia -costumbrista y singular-, de lo que los judíos ortodoxos representan dentro y fuera de Israel como factor político -e inclusive en ciertos sectores, también económico-. A pesar de constituir una grupo minoritario dentro de la judería actual, su influencia en la vida del país es determinante. Ellos son quienes cuentan con el porcentaje de votos imprescindibles para la conformación de gobierno israelí, y su sumatoria conlleva la aceptación de ocupar ministerios que han de actuar de acuerdo a la recalcitrante cosmovisión fundamentalista de esta gente, que en nada se diferencia de los ultra conservadores reaccionarios musulmanes, cristianos, etc.
Por su influencia en Israel no existe el matrimonio civil ni el divorcio sin aprobación de un arbitrario jurado de religiosos (ver "El Matrimonio de Viviane Ansalem" y luego "El Divorcio de V.A.").
Tampoco esta gente acepta los tratados de paz con los palestinos, aduciendo que el territorio bíblico que les pertenece a los judíos, es mucho mayor que las fronteras actuales del Estado. Inclusive hay quienes directamente reniegan de la existencia de Israel y ni siquiera hablan hebreo entre sí, por considerarla lengua sagrada pendiente hasta la llegada del mesías (Eliahu Hanaví).
Y como si ello fuera poco, están exentos de ser reclutados en las fuerzas armadas, las que es de público conocimiento incluyen a todo el resto de la población...
Bien; al menos en la primera temporada, nada de ello se muestra: todo pasa por la historia de un padre de familia sesentón, viudo, sus hijos, nietos, familia política y algunas otras relaciones. Y como por supuesto se trata de seres humanos, también con conflictos análogos al resto de la especie...
De lo visto hasta ahora, algunos episodios son más entretenidos que otros, pero en términos generales, la tónica dramática es modesta y poco atrayente, más allá del exótico costumbrismo que parece haber interesado -y hasta fascinado- a muchos.
Por ende, a mi criterio esta serie es un producto sobrevalorado; aunque ello no signifique reconocer un gran desempeño actoral de la mayoría de los protagonistas.
Tal como nos tiene acostumbrados Netflix con series de este género, también Shtisel ha sido filmada casi totalmente en interiores, con muy pocas acciones e imágenes exteriores de Jerusalem, lo cual es un desperdicio penoso, diría imperdonable.
Asimismo resulta llamativo que se le haya dado importante protagonismo a la mujer, habida cuenta de su histórico sometimiento entre los judíos ortodoxos. Tal vez, ello haya ido cambiando hacia el presente, no lo sé... Pero en términos generales, encuentro sospechosamente desleal la construcción de una ficción de propensión empática -a escala humana individual- con individuos pertenecientes a lo más retrógrado existente aún en el S.XXI. Puesto que si bien descuidadamente podemos "sintonizar" individualmente con las circunstancias de los sujetos-personajes de "Shtisel", advierto que en la vida real se trata de un sector social ante el cual mejor es tener reserva y cuidado. A punto tal que -por detrás de su habitual pacifismo-, existe la fuerte sospecha de que de su seno surgió la orden -y se urdió el plan- de asesinar al primer ministro I. Rabin (ver: Rabin: el último día...").
Adrián Klas
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