Lamento no coincidir con las muchas críticas favorables a esta amarga película (algunas verdaderas apologías): para mí, más allá de virtudes técnicas y artísticas - en particular actorales - carece del elemento medular de todo film: incertidumbre.
Excluyendo las biografías, cuando tempranamente se sabe qué va a pasar, a quien le va a pasar y cómo le va a pasar, no se respeta el imprescindible suspenso que hace a la más elemental tradición universal del relato.
Haciendo una analogía entre aquella y esta, tal vez el director de Biutiful debería haber tenido presente la nouvelle de García Márquez (con que titulo), quien con genialidad y maestría literaria estructura la historia dando continuamente la sensación de que finalmente no ocurrirá lo que ya anuncia como irreversible desde el título.
Por fuera de ello, para quienes no vivimos en Barcelona no deja de ser importante enterarse de las miserias "tercermundistas" que asolan "al primer mundo" en su propio vientre. Y en este sentido, su gravedad justifica el clima depresivo y trágico del film, aunque por circunstancial impericia termine convirtiéndolo en una especie de documental ficcionado, más que en una ficción artística.
Bien decía Hegel en su Introducción a la Estética: "el arte nunca es la verdad, si no el impulso a la objetividad".
En síntesis, a menos que uno tenga una inclinación masoquista, no la recomendaría.