Cargado de diálogos y sin maniqueísmo alguno, Robert Redford cuenta con muchos interrogantes aun, que pasó antes y después del asesinato del presidente Lincoln y los que estaban a su alrededor. ¡Bueno! Todavía no hay muchos aspectos claros sobre la muerte de John F. Kennedy, por ejemplo, así que todo lo que se diga, escriba o filme sobre Lincoln, siempre será un paso más para ir hacia el origen de todo.

De todas formas, Redford se luce con una puesta en escena brillante y justo en términos de timing cinematográfico, y ordenando un poco más las ideas (a lo mejor ideales) de los primeros conspiradores (aunque deja muy poco que “leer” entre líneas), un buen ejercicio sobre la historia, que en muchos casos es contada solo por los ganadores. ¿Y los perdedores?

De manera pues un drama histórico judicial (como le llamarían algunos), que resulta interesante para quienes deseen documentarse sobre el nacimiento de una nación.