No esperes una obra maestra, aunque si estás leyendo esto sabrás que no tienes que esperar eso de esta película. Sin grandes alardes, sin grandes pretensiones es un film que, aunque excesivamente largo a mi parecer, no se hace pesado y es agradable de ver.

No va a cambiar mi vida, pero son dos horas que, si no tienes nada mejor que hacer, puedes invertir en verla.

El mejor aliciente de la película: un Robert de Niro sólido como una roca. Como dicen en mi tierra: "este vale pa tó". Anne Hataway no está mal, en un papel que le va bastante y le pega.

Lo peor: que está vacía de contenido real. Trata algunos temas interesantes, como la desigualdad entre el hombre y la mujer, el papel de la mujer en casa...pero no llega profundizar lo suficiente como para darle la suficiente importancia. Algunos chistes bien medidos, por aquí y por allá, logran sacarte una sonrisa, pero poco más.

Mi resumen: agradable, pero ya.