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Argentina Argentina · Hija no reconocida de Madonna
Voto de Ketty Analfer D:
9
Drama Georges y Anne, dos ancianos de ochenta años, son profesores de música clásica jubilados que viven en París. Su hija, que también se dedica a la música, vive en Londres con su marido. Cuando, un día, Anne sufre un infarto que le paraliza un costado, el amor que ha unido a la pareja durante tantos años se verá puesto a prueba. (FILMAFFINITY)
28 de mayo de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que puedo afirmar que estamos ante una de las mejores películas del año. Haneke vuelve a posicionarse entre los mejores y otra vez nos regala un retrato lleno de dureza. Otra vez nos perturba psicológicamente pero esta vez elige hacerlo desde una perspectiva realista que aterra más aún que la falsa atmósfera de "Horas de terror" (1997).

Lo que más aprecio en el alemán es que jamás busca el golpe bajo, todo lo contrario parece tratar a sus personajes con bastante más frialdad de la común. No agrega, ni exagera el dramatismo, no busca una musiquita barata y manipuladora, o un maquillaje demacrante que luzca en primeros planos deprimentes.

Construye su relato sobre dos personajes y se basa más en silencios que en diálogos. Es admirable la sutileza con la que el director va mostrando el acercamiento de nuestros protagonistas con la muerte, a través de sus cada vez más despeinadas cabelleras, los pijamas que pasan a ser la ropa diaria, la ausencia de charlas, es como si de a poco les fuera quitando las ganas de vivir. Aunque la enferma en teoría sea ella, él se va demacrando en paralelo al verla en ese estado.

El hecho de que Haneke filme un ochenta por ciento del film con planos fijos le da una potencia al drama al tiempo que aleja al autor de la obra. Es curioso el detalle -no azaroso- de que los ancianos sean músicos y la película prefiera carecer de banda sonora. Esa ausencia de música -tan sólo escuchamos algunos pianos a lo largo del metraje pero como parte del sonido ambiente- busca nuevamente la frialdad y la hace más perturbadora aún. Además los sonidos ambiente están minimizados al máximo -no hay autos, vecinos, radios o T.V.- lo que da una sensación de soledad que agudiza el dolor.

No es necesario recalcar que las actuaciones son inmejorables, no sólo una insuperable Riva que parece realmente estar agonizando, sino ese sufrido Trintignant al que le va cambiando la cara de una manera imponente.

Lo mejor: la lograda atmósfera casi claustrofóbica a la que nos somete el director.
Lo peor: las escenas forzadas del sueño de él y la de la paloma. Parecen metidas con calzador, no es que sean insignificantes sino que están mal colocadas.
Ketty Analfer D
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