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España España · mADRID
Voto de RARRA:
8
Terror. Thriller. Intriga Basada en un relato de Stephen King, cuenta la historia de un escritor de novelas de terror (John Cusack) bastante escéptico. De hecho, se dedica a desacreditar fenómenos paranormales ocurridos en supuestas casas encantadas. Aunque no cree en la existencia de vida más allá de la muerte, sus ideas al respecto cambiarán cuando entre en la habitación 1408 del Hotel Dolphin. (FILMAFFINITY)
6 de diciembre de 2008
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como película de terror –de miedo, como se decía antes con mayor exactitud- 1408 cubre sobradamente. Incluso añade elementos de angustia y vértigo. Técnicamente es sumamente correcta. Por lo demás, en las películas de miedo, todo o casi todo está inventado o ensayado y siempre se está ante una recreación. Pero esto pasa en todos los géneros y lo que se agradece es el cuidado con que se va ofreciendo esa recreación.

1408 está en esa línea de constante búsqueda de la perfección, a la que nunca se llegará. Mientras tanto cumple la función del cine: entretener. Al cine o al DVD hay que acercarse sin complejo de jurado de festival, y hay que dejar a un lado expectativas y esperanzas de contemplación de una obra maestra. La decepción es tan mala compañera del equilibrio de la crítica como es la sorpresa que se experimenta ante una película de la que no se esperaba nada o de la que desconocía todo..

En 1408 hay aspectos que rechinan, como es la cambiante actitud del protagonista, prepotente y agresiva inicialmente, convertida de pronto en histeria para desembocar por fin en el miedo real y en el pánico. Parecería que un estudioso de lugares encantados debiera tener una actitud más próxima al análisis y la observación y más alejada de los intentos de acción.

Pero a una película de miedo –o sea, de terror- no hay que pedirla racionalidad, pero eso sucede también a los dramas románticos y nadie se preocupa por ello. Y de la misma forma que a éstos solo se les pide pasión, a las películas de miedo probablemente únicamente hay que pedirlas imaginación. Y de esto, 1408 hace un derroche. Quizá excesivo, porque exhibe todo tipo de terrores y amenazas en una serie ininterrumpida de acontecimientos. Hasta el punto de parecer en ocasiones una película de catástrofes.

Qué duda cabe que en esos momentos se echan en falta los inquietantes minutos iniciales de la peripecia en la habitación. Ya se sabe, las películas de miedo hay que acabarlas a hachazos normalmente. Aun así sabe tener un final bastante airoso.

Sucede, sin embargo, que muchas personas creen que las películas de miedo tienen que producir miedo al espectador. Y no es eso, claro. La película ofrece el espectáculo de un miedo ajeno, el de los personajes que aparecen en ella. Otra cosa es que traten de afectar al espectador con sensaciones de asco o de sobresalto o de susto. Pero eso es ya otro género.

John Cusack muy bien.
RARRA
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