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Voto de Chris Jiménez:
8
Thriller. Intriga. Terror La joven americana Nora Davis (Leticia Roman) va a visitar a su tía enferma en Roma. La misma noche de su llegada la anciana muere y, al no funcionar el teléfono, decide ir a buscar ayuda a la calle, donde un hombre la atraca y la hace perder el conocimiento. Nora recobra el conocimiento durante varios segundos, suficientes para ver cómo una mujer es asesinada a pocos metros. Al día siguiente nadie creerá a Nora, aunque ella, ayudada ... [+]
21 de abril de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenemos de Italia esa imagen perfecta que se distingue en su buen clima, impresionante arquitectura y bellas mujeres, pero la que conoce Nora es una Italia escondida, la del miedo atávico entre los recovecos de pasadizos y secretos.
Una tierra extraña de misterios sin resolver...

Trabajar en producciones épicas de grandes dimensiones dejó la salud del sr. Mario Bava un poco debilitada, por lo que, antes del infarto, consideró seriamente retirarse de la dirección y dedicarse sólo a labores de fotografía y efectos especiales; gracias a Dios esa decisión nunca se llevó a cabo, o no podríamos haber disfrutado de la existencia de algo como "La Muchacha que Sabía Demasiado". Más bien gracias a que los ejecutivos de A.I.P., que disfrutaron con la buena distribución de sus películas al otro lado del charco, le animaron a continuar.
Y lo que empezó concebido como comedia ligera de toques románticos evolucionó hasta una de las mejores muestras del suspense italiano; además, en el momento y lugar perfectos, justo cuando el género está experimentando una redefinición de sus códigos clásicos, lo que estalla a partir de "Psicosis" abriendo las puertas a cosas como "Las Manos de Orlac", "El Cabo del Terror", "Un Grito en la Niebla", "Homicidio" o "Chantaje contra una Mujer". La obra de Bava bebe de este movimiento donde el "thriller" se fusiona con el horror y la fantasía, enfatizando la audacia visual y temática con un claro aumento del erotismo y la violencia.

Pero la principal referencia es, sin duda, su admirado Hitchcock, ya desde su título (que no iba a ser así originalmente), su inicio y la presentación de su protagonista, que, en efecto, está sujeta a la pura figura del anti-héroe "hitchcockiano". En lo que sería una versión femenina de James Stewart, la hermosa Leticia Román, con sus ojazos, llega como extraña norteamericana a un lugar extraño; amante de la literatura policíaca, e incluso presentada por un narrador irritante, que sirve para subrayar el tono novelesco de la historia que está a punto de abrirse a su alrededor.
También es un aviso de que no haya que tomar todo lo que suceda tan en serio como al principio se pueda pensar, basta con esa tonta trama sobre un traficante de cigarros de marihuana que no lleva a ningún sitio. La inocente atrapada en un juego de infortunios, huyendo de la desgracia a cada segundo: el fallecimiento de un familiar, un robo repentino y un asesinato despiadado como colofón en plena plaza pública. Bava filma con un arrojo audaz y violento, casi experimental en la forma, envolviendo la pantalla en un blanco y negro tétrico que evoca las sombras del expresionismo y el terror gótico, las mismas que poblaron su "Máscara del Demonio".

Acercarse a los trazos que el mismo suspense proporciona por medio de lo onírico le permite crear una ilusión de pesadilla permanente, esa que lleva a descubrir lugares insospechados en mitad de una intriga ni siquiera fiel al perfil del "whodunit", pues el rostro del supuesto criminal es mostrado de repente en mitad de la noche (a "la Hitchcock": lo importante no es el quién, sino el por qué y el cuándo). Nora está inmersa en ella, siendo objeto de burla por parte de los nativos, y en especial de un comisario desagradable que se mofa de ese fanatismo tan norteamericano por la novela negra.
Con todas estas claves distorsionadas, es de ley que la heroína tenga un apoyo emocional en la aventura, y de ello se encarga el entonces jovencito John Saxon, también de nativo. Pero la aventura no se basa en otra cosa salvo en la acumulación de pistas falsas, elipsis abruptas o individuos que llevan a otros; en lo sucesivo, Nora también juega con su protector Marcello a hacerse la turista desinteresada, el aspecto más serio del suspense cae en la burla. Aun así la amenaza es constante desde rincones oscuros, las figuras asesinas recuerdan a los monstruos de Hammer, un imaginario donde Bava hace hervir el terror más atávico mientras una cuerda como trampa para el criminal es la referencia al confuso entramado del argumento.

Incluso, llegado cierto punto, el "thriller" de manual tan inspirado en el orondo genio y en sus derivados, de pleno sabor británico (Guest, Dearden, Powell, Greville, etc.), crece hasta rasgar los principios del "slasher", incluso eso que mucho más tarde llamarán "giallo" en el cine (en la literatura ya existía como género...). Pues se nos presenta un "modus operandi" realmente particular (se mata por orden alfabético) y con varias víctimas femeninas en su haber, además de, inesperadamente, cambiar la pareja y ser ahora Landini, un periodista inmiscuido en el caso desde hace tiempo que se une a Nora para esclarecer la verdad.
La verdad está ahí aunque nos cueste verla, y eso que el guión, escrito y reescrito por más manos de lo que podía permitirse, se encarga de exponerla lo suficiente; el culpable de esa más que probable obviedad, o por lo menos elemento de sospecha, es el personaje de Laura, convenientemente situado en el lugar por donde tiene que pasar la protagonista (como casi todos los secundarios), y el cual, en última instancia, será herramienta en esa vuelta de tuerca que pasará a ser "marca de la casa" del suspense italiano para la posteridad, derribando cualquier lógica narrativa y todas las pistas acumuladas en una mueca mordaz al "thriller".

Una resolución casi sin conexiones con todas las tramas desplegadas y que llega con su propia razón de ser, en este caso, y retornando de nuevo a "Psicosis": un pasado traumático. Valentina Cortese evoluciona entonces y brinda una actuación tan desquiciada como brillante.
La película, por si no ha ridiculizado lo suficiente al género, se ríe de sí misma con un guiño a "La Mujer del Cuadro", y mejorando la patochada de Lang al dejar ambigua la respuesta. Todo puro estilo, en forma y narrativa, un logro en la carrera del italiano que sería un fracaso total en la época pero hoy pionera de un género nuevo. El tiempo le dio la razón, como a Nora.
Chris Jiménez
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