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Voto de Chris Jiménez:
5
Serie de TV. Animación. Terror. Acción Serie de TV (2010). 12 episodios. El mundo ha sido tomado por una enfermedad mortal que transforma a los humanos en zombies. Los que antes eran amigos ahora son presa de aquellos que sucumbieron en la infección. Ahora un grupo de estudiantes y la enfermera de la escuela, se unen para sobrevivir al apocalipsis frente a sus ojos. Acción cargada de mucho gore y erotismo. (FILMAFFINITY)
20 de julio de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Daisuke Sato era uno de los tipos más prolíficos y respetados que han existido, y destaca sobre todo su trabajo de escritor de ficción histórica y fantasía, en dos obras maestras: "Red Sun, Black Cross", su versión alternativa de los sucesos de la 2.ª Guerra Mundial, y la épica aventura de dragones y batallas "Kokoku no Shugosha".

Sin embargo, criticado tanto por su perfeccionismo (tardaba meses en ofrecer un nuevo trabajo) como por sus inclinaciones reaccionarias, jamás realizó un cómic, y cuesta creer que se estrenara en ello, ya con 42 años, a través de "High School of the Dead", lo más alejado que nunca estuvo de su propia obra; sin embargo sabía lo que en aquel momento quería el público juvenil y no dudó en armar una historia que lo hipnotizara al instante. Mientras de los atractivos dibujos se ocupa su hermano Shoji, él la rellena con sus ideas y temas recurrentes.
Éstos son: el fanatismo militar, exaltación de la tradición, violencia extrema y anarquía social, además de la debilidad del Gobierno cuando el deber y la moral entran en dilema. Su retraso, además de un mal diagnóstico sobre su corazón, que será un presagio de muerte, dejan en paréntesis la serialización cuando la obra ya se ha convertido en un éxito sin precedentes, dentro y fuera del país; continuará tras anunciarse la versión animada a inicios de 2.010, a cargo del veterano Tetsuro Araki, famoso por su dirección en "Death Note" y "Black Lagoon" (aún no le había llegado la gran oportunidad de "Shingeki no Kyojin").

Los señores de MadHouse, en su costumbre, sólo adaptarán parte del cómic, hasta llegar a su 4.º volumen, extraña maniobra cuando éste se sigue dibujando; pero hasta ahí aún se respeta la línea argumental. Y gracias a su comienzo impactante nos metemos de cabeza en este mundo, a través de los ojos de Takashi, que ve cómo se derrumba en cuestión de minutos con la mordedura a uno de sus maestros del instituto Fujimi; Araki y su equipo dan vivo color, una atmósfera escabrosa y movimientos dinámicos a la historia de los Sato. La acción es puro frenesí, estallan géisers de sangre, la cámara no deja de moverse...lo cierto es que un cuento de "zombies" no podría empezar de manera más satisfactoria.
Inmejorable los tres primeros capítulos dentro del instituto, donde vamos sorteando a la plaga de devoradores, salida de no se sabe dónde, mientras conocemos a los protagonistas, cada uno con sus personalidades bien descritas, sobresaliendo el cínico Takashi, la letal y madura Saeko y el ambiguo "freak" de lo militar Kohta (viva imagen física del famoso mangaka Kohta Hirano y espiritual del propio Sato). En la tradición de Romero se presenta esta estampida por la supervivencia dejando al descubierto las debilidades del ser humano así como su tremendo individualismo y su caída en picado de la moral al verse atrapado en situaciones límite.

No obstante lo que ha dado más éxito a "HSoTD" es también su soga al cuello, pues el autor, que aprovecha cada segundo para introducir sus reflexiones y oscura visión de la sociedad, peca de su enfoque al público juvenil (algún aliciente visual ha de tener), y el resultado es emplear el humor absurdo en los instantes más inoportunos y una obsesión excesiva por convertir a los personajes femeninos en meros objetos de deseo sexual...pese a ser expuestos de la manera que procede en el siglo XXI, gracias a cosas como "Resident Evil": fuertes, decididos, independientes y sensuales.
Este "fan service" chirría mucho, hasta solapar la violencia y el drama, y es lo que produce la pérdida de interés junto a la decisión de sacar la trama fuera del centro, primero porque se diluye el suspense, y lo que habría de ser una versión animada de "28 Días Después" y "The Walking Dead" se precipita a un delirio inscrito en la pura y sucia serie "B", definiéndola sus giros incongruentes y de conveniencia (qué bien que los protagonistas, que pasan de estudiantes corrientes a superhéroes de cómic, cuenten con toda la ayuda necesaria para seguir adelante, incluso vehículos y armamento especial, no crean ustedes...).

Olvídense, pese a tener momentos de gravedad, de las representaciones dramáticas del género "zombie"; esto es su celebración "exploitation" en la vertiente más descabellada y ultraviolenta que nos diera Rodríguez con "Planet Terror" y el mismo género en décadas pasadas, un homenaje en toda regla a Raimi, Carpenter, Jackson y las derivaciones italianas de D'Amato, Bava y similares. Pero lo que tendría que ser una huida perpetua con sus encuentros y desencuentros constantes, se estanca en el último tramo con la llegada a la mansión familiar de la detestable Saya.
El ritmo terminará por desaparecer, llegan individuos nuevos con sus propias subtramas que no nos importan en absoluto, de repente se crean situaciones más dramáticas que todo lo visto, sin por supuesto rebajar las dosis de "fan service" ni del humor, y poco puede hacer el rutinario desarrollo por el que se apuesta, típico del género, coronado con el obligatorio clímax espectacular (no sabía Araki que la serie ya había llegado a lo más alto en cierto episodio de íntima y oscura ambientación dedicado por entero a Takashi y Saeko, de las mejores féminas de la Historia del anime, dotada de un carisma, pasado y carácter que ninguna de sus compañeras posee).

El trabajo de su seiyu Miyuki Sawashiro, una banda sonora de infarto y las viscerales escenas de acción fueron de las mejores virtudes de "HSoTD", aclamado y despreciado por igual, y de indiscutible influencia en el universo de la animación nipona. Por otro lado la fatalidad ha terminado llegando para el nativo de Ishikawa, que con 52 años es vencido por su enfermedad.
Hace unos meses su débil corazón se lo lleva y así la esperanza de hacer resurgir su obra. Su hermano Shoji es incapaz de continuar sin él, y todo apunta a que jamás se hará, en cierto modo para guardar respeto a su legado, cuya influencia también seguirá presente y fresca a pesar del paso del tiempo...
Chris Jiménez
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