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Voto de Chris Jiménez:
8
Acción. Comedia Martin Riggs es un policía de Los Ángeles con tendencias suicidas. Su compañero Roger Murtaugh es un veterano y responsable policía y padre de familia. Juntos intentan frustrar una operación de contrabando de droga. Al mismo tiempo, a pesar de sus diferentes caracteres, se harán buenos amigos. (FILMAFFINITY)
13 de junio de 2017
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A veces se dice eso de que la locura y la cordura van de la mano, sí, pero dicha frase no tiene por qué hacer referencia a un individuo solo.
Ahora veremos cómo una y otra van a encarnarse en dos hombres que se deben soportar y apoyar si quieren sobrevivir. La locura es Martin Riggs, la cordura es Roger Murtaugh...la combinación puede ser doblemente letal.

Podríamos afirmar, sin temor a equivocarnos, que nos hallamos ante la pareja más famosa y efectiva del cine de acción de los '80. Afirmación peligrosa ya que, desde que Walter Hill estrenara "Límite: 48 Horas" a comienzos de década (la cual, sin resultar una gran innovación en el policíaco, reavivaría una vertiente de lo más lucrativa llamada "buddy movie"), hubo tiempo de que muchos dúos salieran más o menos exitosos de su encuentro con la taquilla. Sin embargo nunca se haría (ni se ha vuelto a hacer) con tanta eficiencia como en esta ocasión.
Surgido de la mano de un joven Shane Black con ansias de triunfar en Hollywood a base de rendir tributo a los "westerns" urbanos de los '70, el libreto de "Arma Letal" pasaría por varias manos antes de acabar en las del ejecutivo Mark Canton, quien pasaría el proyecto al célebre productor Joel Silver (apuesta segura para la taquilla pero de carácter conflictivo y hostil) y a un Richard Donner cubierto de gloria gracias a los bombazos que supusieron "Los Goonies" y "Lady Halcón", también deseoso de acometer el que sería su primer "thriller" de acción.

Tras un intenso e impactante prólogo, que marca el tono a seguir en el film hasta el final, se procede a la presentación de los protagonistas, precisamente donde reside la clave del éxito del mismo. Por un lado tenemos a Martin Riggs, quien responde al perfil del típico policía solitario, de turbio pasado, amargo y atormentado por la muerte de su esposa, un homólogo más joven del Harry Callahan "eastwoodiano" que anda por la cuerda floja de la moral habitando en un mundo gris cuyos cimientos aplastan cada vez más y más su débil espíritu, el cual no duda en arriesgar a cada momento que puede.
Un alma perdida y en descomposición que sin duda entra en conflicto con Roger Murtaugh, el clásico agente de la ley sensato, cuya templanza y silenciosa tenacidad son su seguro de vida, una vida compartida con una familia estable y cariñosa; los paralelismos que se establecen entre estos dos hombres son desde el primer momento inexistentes salvo por su trabajo, donde se unen bajo el auspicio de un recelo que dará paso a la amistad. Black utiliza su ingenio para derribar los convencionalismos de la época: aquí no hay ni rastro de ese modelo de pareja policial donde la hierática seriedad de uno se da de bruces con la excesiva comicidad del otro, que tanto encontramos en otros títulos del género.

Ni mucho menos. El trato de los personajes es esencial y el enfoque es realista y humano. Riggs y Murtaugh se complementan a la perfección, es más, parecen necesitarlo (así, la locura neurótica y masoquista que invade al primero sirve de resorte a las pulsiones más oscuras del segundo, tanto como ese ambiente familiar y cálido del que goza el segundo para acallar la angustia y la soledad del primero). Debido a ello "Arma Letal" posee un toque único, mucho más sombrío de lo que cabría esperar por todo el humor que atraviesa al film, no así un humor más ácido y negro (por obra y gracia de Black) que el que solía verse en las producciones del momento.
Una oscuridad tanto más evidente cuanto que las sombras de la Guerra de Vietnam parecen servir de mecanismo para toda la violencia desmedida que invade la trama, la cual se intensificará a raíz de que Rianne sea secuestrada encontrándose la pareja cara a cara con los enemigos. Genial vuelta de tuerca a una intriga policíaca de manual, en la mejor tradición del género, manejada con nervios de acero por un Donner que constantemente, y sin concesiones, nos arrastra al corazón de la acción, jugando un determinante papel en ello la buena labor de Stuart Baird al montaje.

Pero es en ese tercer acto donde la película toma un cariz realmente emocionante, desencadenándose un aluvión de violencia y brutalidad que raya en lo sádico (atención a la tortura de Martin) para desembocar en un desenlace de puro frenesí, ejecutando el director unas espectaculares secuencias de acción por las atractivas localizaciones nocturnas de aquellos Ángeles de mitad de los '80. No muchos "thrillers" del género (y la época) han sabido elevar tan bien la adrenalina en su último tramo como lo logra "Arma Letal"; los resultados son viscerales y terriblemente entretenidos.
Aunque no sólo de acción, una gran banda sonora por parte de Michael Kamen y el legendario Eric Clapton y un perfecto manejo del suspense se nutre esta obra; si algo la hace destacar por encima de las demás es su cuidado tratamiento de los personajes, lo que perfeccionan las interpretaciones de un desquiciado Mel Gibson dispuesto a dar el salto definitivo en su carrera tras la saga "Mad Max" y un soberbio Danny Glover; fue la química de estos dos grandes actores la fórmula definitiva del éxito para el film. Pareja seguida de un elenco nada desdeñable donde cabe nombrar a un inquietante Gary Busey (genial en esta ocasión antes de que le diera por repetir una y mil veces los mismos papeles en el futuro), esa preciosa Traci Wolfe y los buenos Tom Atkins y Mitchell Ryan.

La taquilla respondió en consecuencia. "Arma Letal" se mantuvo en un inamovible primer puesto durante tres semanas logrando una recaudación de más de 60 millones de dólares sólo en EE.UU.. Para cuando llegó el fin de su carrera fílmica la obra de Donner ya se había convertido en una de las más importantes del género.
La descubrí en VHS a eso de los 13 años y por mis ojos han pasado muchas otras películas similares desde entonces...pero aún hoy día soy incapaz de hallar una que la iguale, ni mucho menos que la supere.
Chris Jiménez
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