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Voto de Chris Jiménez:
7
Terror Una joven (Jessica Harper) ingresa en una exclusiva academia de baile la misma noche en que asesinan a una de las alumnas. La subdirectora del centro es la amable Madame Blank, que brinda a la nueva alumna las comodidades y facilidades necesarias para su aprendizaje. Pero, poco a poco, una atmósfera malsana se va apoderando del lugar, y la estancia de la joven se va convirtiendo en una verdadera pesadilla. (FILMAFFINITY)
20 de septiembre de 2017
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Los gritos resuenan a través de pasillos ocultos en tinieblas, a menudo descubiertos por la furia de los relámpagos o la saturada iluminación llegada de lugares desconocidos.
Rojo sangre, azul dañino, negro profundo, verde intenso, chirridos y estallidos, esto es un auténtico palacio de los horrores...

Procede a meternos de cabeza entre sus paredes, la Haus zum Walfisch recreada en estudios italianos, un Dario Argento que, según confesó, ya estaba harto de seguir realizando películas de suspense que iban a generar pésimas imitaciones; lo cierto es que no pudo llegar más lejos con "Rojo Oscuro", mitad alucinante (y no poco alucinógeno) tratado de intriga "psycho-thriller", mitad experiencia audiovisual de gran poder surrealista. Es la herramienta perfecta que allana el camino a su próximo proyecto, inspirado en la fantasía, el horror, el sueño, la esencia de lo mitológico expresada a través de la magia negra.
Un viaje por Europa, la colaboración de su mujer, Daria Nicolodi, y del libro de prosa apasionada "Suspiria de Profundis" son claves en el proyecto, que se desmarca de los anteriores y divaga a través del imaginario de los cuentos de antaño, sin que aquél tenga que preocuparse mucho por la composición narrativa, lo cual siempre le ha aterrado. Si algo debe adquirir sentido ya sucederá ante la cámara, en una producción costosa, cambiante (las protagonistas son niñas, un peligro para la censura), de exigente apartado técnico, reparto heterogéneo e inspirado en aparentes hechos reales, dando una dimensión más profunda e inquietante a la leyenda negra de "Suspiria".

Argento narra el inicio, y gana así aspecto de cuento. Es el tipo de ambientación que debe tener desde el primer momento; como la Alicia de Carroll, Suzy también está a punto de viajar al interior de un país de maravillas, sólo que desde su pesadillesco reverso, con la tormenta incesante y la invasión en el escenario de una paleta de colores que avisan de peligros y fantasmagorías próximas. Todo este primer tramo pone de manifiesto la minuciosidad del director para dar el aspecto adecuado a su obra; mientras la chica se detiene ante la academia, ha de marcharse y se cruza en el camino de otra...
Los sucesos siguientes no guardan relación con la historia de Suzy, se producen al margen, en otro espacio, dejando el protagonismo a Pat; y pocas veces nadie se ha recreado con tal esmero en la desesperación de una huida y un posterior asesinato, no sólo eso, sino en el efecto que han de producir. Aquél lo logra con el apoyo de la fotografía de Luciano Tovoli, los efectos especiales de Germano Natali, la dirección artística de Giuseppe Bassan, la estridencia musical de los GOBLIN, las lentes anamórficas y el uso del Technicolor, un conjunto que es todo en pantalla: explosiones de sonidos, colores e inventiva que para sí quisiera igualar DePalma.

Aún más que en "Rojo Oscuro", el ojo del espectador alcanza el placer formal orgásmico entre la sangre y la ultraviolencia, incapaz de apartar la vista de la pantalla; ya somos cómplices de los horrores a los cuales nos desea sumergir la mente enferma del cineasta. Y sucede junto a la bonita Jessica Harper entrando por la puerta principal de esa mansión cuyo perfil gótico y tonos pastel afecta a la razón de la retina; la sala de modelos de la influyente "Seis Mujeres para el Asesino" ahora es una escuela de danza, donde los personajes resultan inquietantes y la atmósfera agobiante desde todos los ángulos.
Está más cerca, de hecho, del castillo del príncipe Prospero de "La Máscara de la Muerte Roja" (cuyas salas también se distinguían por los colores que las iluminaban). Lo sucedido dentro no sigue reglas narrativas habituales, Argento lo tiene muy claro, y prefiere guiarse, al igual que los surrealistas que le inspiraron, por la lógica de los sueños, las ilusiones; cuenta con las enormes Joan Bennett y Alida Valli, ayudándole a rendir tributo a Fritz Lang y todo el expresionismo mientras recuerda la importancia del "macguffin" "hitchcockiano", en este caso la supuesta presencia de una bruja ancestral, la "reina negra" Helena Markos, que manipula las conciencias y los acontecimientos desde las sombras.

Esto suscita una intriga sobre ocultismo y leyendas, heredadas en la distancia de la obra de Thomas Penson de Quincey, que debe descubrir Suzy, detective casual, siendo el único hilo conductor de los numerosos incidentes de escalofrío espinal que se despliegan en este escenario sugerente y amenazante, desde horrendos ataques de animales (clásico del "giallo", por algún motivo) a apuñalamientos a corazón abierto. Todo es posible pues la intención del italiano es dejar a su protagonista y al espectador como niños indefensos en una brecha entre la realidad tangible y la espectral fantasmagoría, con sus engendros y criaturas, que emergen de las sombras tras los estallidos del rojo, el azul, el verde, el amarillo y el violeta.
Una sinfonía de muerte y pesadilla, imaginería "lovecraftiana", que estimula los sentidos del observador antes de hacerle cómplice del horror, y es que desde quizás Corman (en su saga "poeniana"), Godard y Seijun Suzuki nadie empleó los colores con tal pasión y ahínco, deseando darle una mayor trascendencia que la que pudiera poseer la razón argumental, muy perdida sin embargo debido a las incongruencias del guión, pistas y detalles no muy bien expuestos, interesantes personajes secundarios desaprovechados y un tramo final fascinante, sí, pero precipitado y sin llegar al enfrentamiento épico que se supone se nos regalaría...

Y pese a ello llega el éxito y la influencia de "Suspiria" es clave en la época, tanto en el plano formal como dentro de su género, que cambiaría por completo, y no sólo en de los límites de Italia.
A todo el Mundo alcanzan los ecos de terror de la Mater Suspiriorum y su universo único, retorcido, salvaje y bello a su manera. Sin embargo a Argento le quedan todavía otras dos brujas que presentar...así en el "Inferno" sucederá el milagro.
Chris Jiménez
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