Media votos
6,4
Votos
2.254
Críticas
2.236
Listas
69
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Chris Jiménez:
9
7,0
57.746
Terror. Drama
Carrie White, una tímida adolescente que vive con su madre, una fanática religiosa, es objeto de las burlas constantes de sus compañeros de instituto. Cuando, en las duchas del gimnasio, la chica sufre un ataque de histeria al tener su primera menstruación, a una de sus compañeras se le ocurre gastarle una broma macabra durante la fiesta de graduación. Lo que todos ignoran es que Carrie posee poderes telequinésicos. Adaptación de la ... [+]
23 de julio de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay una chica en un instituto de Maine llamada Carrie White cuya vida está rota. Nadie la entiende, sus compañeras la maltratan, su fanática madre la tiene oprimida sin compasión bajo rezos y oraciones a Dios.
Es de esperar que la joven actúe, y que todo lo que ha estado soportando salga en forma de despiadada venganza...y más sabiendo que posee poderes telequinéticos.
Desde comienzos de los '70 el cine de terror estaba presto a vivir una renovación que significaría un nuevo comienzo para dicho género. La temprana y angustiante "Semilla del Diablo" de Polanski trazó un camino por el que poco después pasarían "El Exorcista", "La Profecía" y "La Noche de Halloween"; era el momento perfecto para que se estrenara una película como "Carrie", la cual, junto a las anteriores nombradas, cambiaría el panorama cinematográfico y prepararía el escenario para lo que se avecinaba en la década de los '80.
Dicha película sería nada más y nada menos que la primera adaptación de la primera novela de Stephen King, prolífico autor que vería innumerables obras suyas cobrando vida en pantalla a partir de ese momento (el cine de terror de los '80 está repleto de adaptaciones de sus novelas); esta "Carrie" le surgió a King cuando tenía aún tres novelas escritas sin publicar con la intención de hacer un relato corto, aunque no confiaba mucho en la historia. Fue gracias al empeño de su mujer que continuó con ello, añadiendo muchas experiencias personales e influenciado por "La Semilla del Diablo". Puesta a la venta en 1.974, no tuvo que pasar mucho tiempo para que la novela se convirtiera en todo un éxito.
Poco después la misma llegaría a manos de un Brian DePalma recién mudado a Hollywood que aún firmaba pequeños (y desconocidos para la mayoría) aunque muy interesantes trabajos, como "Hermanas" o la genial "El Fantasma del Paraíso". El que ninguna productora hubiera adquirido aún los derechos del libro puso en bandeja al director la oportunidad de embarcarse en lo que podría ser un jugoso éxito de taquilla; del guión se ocuparía Lawrence Cohen y del presupuesto la United Artist, eso sí, con muchas limitaciones, lo que llevaría a DePalma a no poder mantenerse totalmente fiel al texto original (no olvidemos cómo la protagonista se cargaba el pueblo entero en la novela).
Por méritos propios, "Carrie" se encuentra entre los mejores films de horror de los últimos cuarenta años, y la razón se encuentra en la capacidad que posee la historia para estremecer al espectador, pues difícil resulta que a éste no se le encoja el corazón desde el mismísimo comienzo contemplando la desgracia por la que pasa la pobre Carrie White, una muchacha atrapada por el malsano ambiente en el que le ha tocado vivir, aguantando la disciplina de una madre sobreprotectora y obsesionada con la religión y el pecado y la repulsión de sus compañeras (cuya repugnante catadura no conocerá límites, y lo veremos desde el mismísimo comienzo), mientras la srta. Collins ejerce el papel de madre sustitutiva para ella.
A pesar de las grandes y ocasionales dosis de humor negro (ácido hasta la médula), de su concesión al sadismo y de su inclinación al melodrama estudiantil (algo muy recurrente en el cine de la época), el tono de "Carrie" no se aleja mucho del que imprimió Polanski a "La Semilla del Diablo". Al igual que el franco-polaco, DePalma consigue crisparnos los nervios introduciéndonos en una atmósfera asfixiante y tensa, apoyándose en un problema tan serio como el acoso escolar (lo que ayuda al espectador a ponerse en la piel de la protagonista) y presentando una visión repugnante de la sociedad, la religión y el ser humano, pero al contrario de Rosemary, que terminaba aceptando el asedio de aquellos adoradores de Satán, Carrie condenará de la manera más horrible y, dicho sea de paso, extraordinaria, a los que no dejan de acosarla.
Un buen ejemplo de la gran capacidad que posee DePalma para angustiar a su público lo hallamos en el momento del clímax (que detallaré en la Zona Spoiler). Sissy Spacek, con una delicada belleza a lo Liv Ullmann o Mia Farrow, se lleva todos los elogios por su increíble y apabullante encarnación de Carrie, lidiando constantemente con Piper Laurie (futura Catherine Martell de "Twin Peaks"), quien da vida a su odiosa y detestable madre. Destacan sobre todo unos muy jóvenes y enervantes John Travolta y Nancy Allen (a quien cada vez aguanto menos).
Violenta, arriesgada, agobiante, sobrecogedora a la vez que fascinante y con un poder visual del todo arrollador, "Carrie" permanece en el tiempo no sólo como la mejor adaptación que se ha hecho de una novela de Stephen King, sino como una de las más grandes películas de horror del celuloide, sirviendo de principal referencia para un gran número de futuras producciones.
A todo esto, en 2.013 salió una estupidez de "remake" dirigido por Kimberly Peirce que a nadie recomiendo. Si no le doy más nota es porque el final no fue plato de mi gusto.
Es de esperar que la joven actúe, y que todo lo que ha estado soportando salga en forma de despiadada venganza...y más sabiendo que posee poderes telequinéticos.
Desde comienzos de los '70 el cine de terror estaba presto a vivir una renovación que significaría un nuevo comienzo para dicho género. La temprana y angustiante "Semilla del Diablo" de Polanski trazó un camino por el que poco después pasarían "El Exorcista", "La Profecía" y "La Noche de Halloween"; era el momento perfecto para que se estrenara una película como "Carrie", la cual, junto a las anteriores nombradas, cambiaría el panorama cinematográfico y prepararía el escenario para lo que se avecinaba en la década de los '80.
Dicha película sería nada más y nada menos que la primera adaptación de la primera novela de Stephen King, prolífico autor que vería innumerables obras suyas cobrando vida en pantalla a partir de ese momento (el cine de terror de los '80 está repleto de adaptaciones de sus novelas); esta "Carrie" le surgió a King cuando tenía aún tres novelas escritas sin publicar con la intención de hacer un relato corto, aunque no confiaba mucho en la historia. Fue gracias al empeño de su mujer que continuó con ello, añadiendo muchas experiencias personales e influenciado por "La Semilla del Diablo". Puesta a la venta en 1.974, no tuvo que pasar mucho tiempo para que la novela se convirtiera en todo un éxito.
Poco después la misma llegaría a manos de un Brian DePalma recién mudado a Hollywood que aún firmaba pequeños (y desconocidos para la mayoría) aunque muy interesantes trabajos, como "Hermanas" o la genial "El Fantasma del Paraíso". El que ninguna productora hubiera adquirido aún los derechos del libro puso en bandeja al director la oportunidad de embarcarse en lo que podría ser un jugoso éxito de taquilla; del guión se ocuparía Lawrence Cohen y del presupuesto la United Artist, eso sí, con muchas limitaciones, lo que llevaría a DePalma a no poder mantenerse totalmente fiel al texto original (no olvidemos cómo la protagonista se cargaba el pueblo entero en la novela).
Por méritos propios, "Carrie" se encuentra entre los mejores films de horror de los últimos cuarenta años, y la razón se encuentra en la capacidad que posee la historia para estremecer al espectador, pues difícil resulta que a éste no se le encoja el corazón desde el mismísimo comienzo contemplando la desgracia por la que pasa la pobre Carrie White, una muchacha atrapada por el malsano ambiente en el que le ha tocado vivir, aguantando la disciplina de una madre sobreprotectora y obsesionada con la religión y el pecado y la repulsión de sus compañeras (cuya repugnante catadura no conocerá límites, y lo veremos desde el mismísimo comienzo), mientras la srta. Collins ejerce el papel de madre sustitutiva para ella.
A pesar de las grandes y ocasionales dosis de humor negro (ácido hasta la médula), de su concesión al sadismo y de su inclinación al melodrama estudiantil (algo muy recurrente en el cine de la época), el tono de "Carrie" no se aleja mucho del que imprimió Polanski a "La Semilla del Diablo". Al igual que el franco-polaco, DePalma consigue crisparnos los nervios introduciéndonos en una atmósfera asfixiante y tensa, apoyándose en un problema tan serio como el acoso escolar (lo que ayuda al espectador a ponerse en la piel de la protagonista) y presentando una visión repugnante de la sociedad, la religión y el ser humano, pero al contrario de Rosemary, que terminaba aceptando el asedio de aquellos adoradores de Satán, Carrie condenará de la manera más horrible y, dicho sea de paso, extraordinaria, a los que no dejan de acosarla.
Un buen ejemplo de la gran capacidad que posee DePalma para angustiar a su público lo hallamos en el momento del clímax (que detallaré en la Zona Spoiler). Sissy Spacek, con una delicada belleza a lo Liv Ullmann o Mia Farrow, se lleva todos los elogios por su increíble y apabullante encarnación de Carrie, lidiando constantemente con Piper Laurie (futura Catherine Martell de "Twin Peaks"), quien da vida a su odiosa y detestable madre. Destacan sobre todo unos muy jóvenes y enervantes John Travolta y Nancy Allen (a quien cada vez aguanto menos).
Violenta, arriesgada, agobiante, sobrecogedora a la vez que fascinante y con un poder visual del todo arrollador, "Carrie" permanece en el tiempo no sólo como la mejor adaptación que se ha hecho de una novela de Stephen King, sino como una de las más grandes películas de horror del celuloide, sirviendo de principal referencia para un gran número de futuras producciones.
A todo esto, en 2.013 salió una estupidez de "remake" dirigido por Kimberly Peirce que a nadie recomiendo. Si no le doy más nota es porque el final no fue plato de mi gusto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Uno de los momentos más poderosos de la película y de la filmografía de Brian DePalma lo hallamos en la secuencia final del baile.
Hemos entrado en la fiesta de graduación con un largo y lento "travelling" que DePalma parece heredar del que Hitchcock, su mentor, ejecuta en "Inocencia y Juventud"; un plano que no enfocará a la banda como en un principio de presta a hacer, sino que virará a la izquierda y se posará sobre la pareja que acaba de entrar: Tommy y Carrie.
El ambiente es de júbilo, cálido y descarado, ambiente en el que Carrie, cohibida y temblorosa pero sonriente, se infiltra, silenciosa; tras una breve conversación con la profesora Collins, madre inconfesa de la chica, ésta y Tommy inician el baile. El director mantiene la cámara a la altura de las rodillas de los muchachos enfocando hacia arriba sin cesar el movimiento en círculo, que llega casi a marear, provocando una sensación de ahogo impropia para el momento que se está dando entre la pareja (o quizá no tanto, teniendo en cuenta en que Carrie duda con temor de las intenciones del chico).
Hay un concurso, una elección de rey y reina. Tommy coquetea con Carrie como si ya no existiera Sue, su novia real; situación de fantasía cruzada con violentos planos cortos de la madre de la protagonista enfocados desde arriba (como si fuera observada por Dios). La trampa tendida a la chica y las verdaderas intenciones de la fiesta se averiguan gracias a otro "travelling" que se mueve desde el suelo hasta el cubo, lleno con la sangre del cerdo antes asesinado.
Durante unos breves instantes, Carrie se siente en el Cielo; todos la aceptan, ha ganado el concurso y por fin puede verse como una mujer de verdad...
Mientras tanto, ahí está el cubo, y la malévola Chris observando junto a su novio, dispuesta a arruinar la noche de la protagonista. El director, con un interminable festival de guiños a Hitchcock, nos prepara para ese más que previsible desastre, y lo hace divinamente. Sue averigua la verdad, la profesora intuye algo malo...
Planos cada vez más cortos de la previsible y caótica situación unidos a secuencias en "slow motion" que sin duda representan la noche desde el punto de vista de Carrie. Collins detiene a Sue y la echa de la sala, ignorante del verdadero peligro. Chris se lame los labios.
Magia y horror, fantasía y crueldad unidas por obra y gracia de DePalma en una secuencia de absorbente atmósfera, de pura abstracción psicológica. Cuanto más se retrasa la caída del cubo más se tensa el ambiente y menos podemos respirar.
Sólo lo peor está por llegar...y al final ocurre lo que nos temíamos. El espectador, extasiado, ya está preparado para sentirse como en el mismísimo Infierno.
Hemos entrado en la fiesta de graduación con un largo y lento "travelling" que DePalma parece heredar del que Hitchcock, su mentor, ejecuta en "Inocencia y Juventud"; un plano que no enfocará a la banda como en un principio de presta a hacer, sino que virará a la izquierda y se posará sobre la pareja que acaba de entrar: Tommy y Carrie.
El ambiente es de júbilo, cálido y descarado, ambiente en el que Carrie, cohibida y temblorosa pero sonriente, se infiltra, silenciosa; tras una breve conversación con la profesora Collins, madre inconfesa de la chica, ésta y Tommy inician el baile. El director mantiene la cámara a la altura de las rodillas de los muchachos enfocando hacia arriba sin cesar el movimiento en círculo, que llega casi a marear, provocando una sensación de ahogo impropia para el momento que se está dando entre la pareja (o quizá no tanto, teniendo en cuenta en que Carrie duda con temor de las intenciones del chico).
Hay un concurso, una elección de rey y reina. Tommy coquetea con Carrie como si ya no existiera Sue, su novia real; situación de fantasía cruzada con violentos planos cortos de la madre de la protagonista enfocados desde arriba (como si fuera observada por Dios). La trampa tendida a la chica y las verdaderas intenciones de la fiesta se averiguan gracias a otro "travelling" que se mueve desde el suelo hasta el cubo, lleno con la sangre del cerdo antes asesinado.
Durante unos breves instantes, Carrie se siente en el Cielo; todos la aceptan, ha ganado el concurso y por fin puede verse como una mujer de verdad...
Mientras tanto, ahí está el cubo, y la malévola Chris observando junto a su novio, dispuesta a arruinar la noche de la protagonista. El director, con un interminable festival de guiños a Hitchcock, nos prepara para ese más que previsible desastre, y lo hace divinamente. Sue averigua la verdad, la profesora intuye algo malo...
Planos cada vez más cortos de la previsible y caótica situación unidos a secuencias en "slow motion" que sin duda representan la noche desde el punto de vista de Carrie. Collins detiene a Sue y la echa de la sala, ignorante del verdadero peligro. Chris se lame los labios.
Magia y horror, fantasía y crueldad unidas por obra y gracia de DePalma en una secuencia de absorbente atmósfera, de pura abstracción psicológica. Cuanto más se retrasa la caída del cubo más se tensa el ambiente y menos podemos respirar.
Sólo lo peor está por llegar...y al final ocurre lo que nos temíamos. El espectador, extasiado, ya está preparado para sentirse como en el mismísimo Infierno.