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Voto de Chris Jiménez:
5
Ciencia ficción. Acción. Terror En 1999, la UNSC (United Nations Scientific Council) ha reunido a todos los grandes monstruos en una zona de la isla de Ogasawara denominada Monsterland, con el objetivo de estudiarlos a fondo, controlándolos mediante un complejo campo electromagnético. Entre los monstruos kaijus se encuentran nada menos que: Godzilla, Mothra, Ghidorah, Rodan, Baragon, Varan, Kumonga, Manda, Minilla, Gorosaurus y Anguirus. Sin embargo los Kilaaks, una ... [+]
11 de marzo de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca es suficiente, nunca para los invasores del planeta, nunca para las criaturas que nos asolan, al igual que para los productores empeñados en ofrecer más, más y más.
Pues bien, lo consiguieron. Este va a ser el summum de los espectáculos, la destrucción masiva, la conquista espacial. Esta es la invasión más grande de todos los tiempos...

Era una realidad el que a finales de los '60 las carteleras estaban atestadas de seres y monstruos de todos los tamaños y formas; mientras Daimajin y Gamera salían de Daiei a liarse a tortas con Gappa, el bicho de Nikkatsu, por el horizonte de Shochiku se asomaba Girara y a gritos pedía paso Yongary desde Korea, nada menos. Ya no había espacio pero el lagarto atómico continuaba infatigable ante estos adversarios (la mayoría muy pobres, todo hay que decirlo); sin embargo no es el que era, pues desde la desavenencia de Ishiro Honda con los ejecutivos de Toho para seguir colaborando en la saga y su contrato en televisión, el timón había sido gobernado por Jun Fukuda...y a poco que estuvo de hacer naufragar la nave...
Godzilla pasó a ser el entretenimiento de los niños, cuyos padres les acompañaban porque no les quedaba más remedio; "El Hijo de Godzilla" marca un punto bajísimo en esta malograda serie, con introducciones ridículas y un enfoque infantil y sensible que invita a la náusea; la compañía entonces pone de nuevo a Tomoyuki Tanaka al frente de un proyecto de expiación, también de resurrección, pero cuyas intenciones son dar carpetazo por todo lo alto a las peripecias de su monstruo estrella. Con el considerable aumento presupuestario recuperan al gran compositor Akira Ifukube, a Eiji Tsuburaya para los efectos y lo más importante, a Ishiro Honda.

Huelga decir que lo último hecho por el director (esa versión de "King Kong" con un simio robótico de antagonista y una trama delirante de espías al estilo "James Bond") no es una maravilla precisamente, pero aquí regresa para redimirse...si bien con la promesa de que todo va a acabar de una vez por todas para Godzilla. Sin embargo la inclusión se va a extender hasta límites abrumadores, pues regresa la isla de los films anteriores pero con los principales monstruos de Toho y otros invitados más habitándola en total armonía, toda una curiosidad.
Unas diez bestias tienen cabida en "Kaiju Soshingeki", cuya historia central se preserva firme de principio a fin sin subtramas románticas ni tragedias dramáticas como pretexto, lo cual es de agradecer; la historia, por otro lado, no es sino una revisión de la llegada alienígena que se lleva practicando desde "Godzilla contra Ghidorah", con la mayor parte de la intriga tomada de "Los Monstruos invaden La Tierra". Desplazando la acción a un tiempo futuro, todo esto se escora a la pura fantasía, a una aventura de ciencia-ficción nada oscura y muy extravagante; básicamente una raza espacial llamada Kilaaks planea arrasarnos si no se les da plena libertad de conquista.

Atención, porque la mejor forma de hacerlo, claro, es manipular las mentes de toda la cuadrilla de monstruos que habitan en aquella isla y mandarlos a atacarnos sin piedad; sin profundizar en el por qué los humanos querrían tener en un lugar a decenas de bichos gigantescos (invirtiendo en comida y energía para ellos, no se crean...), lo cierto es que esto forma parte de la gran estrategia de Toho: dejar los entornos selváticos e insulares de las entregas previas de Fukuda y promover el caos de nuevo en plena civilización...¡y a escala global!
Así podremos ver a las principales metrópolis del Mundo convirtiéndose en un amasijo de escombros tras el paso de Radon, Mosura (sin las gemelas para que la ayuden) y, cómo no, Godzilla, que aquí no es el protagonista sino uno más de este grupo salvaje monstruoso; Tsuburaya y Sadamasa Arikawa filman la destrucción sin escatimar en derribos y explosiones que cruzan de un lado a otro la pantalla, incluso podremos ver al lagarto regresando a Tokyo y paseándose por las (fabricadas) costas de New York (idea que sería aprovechada dos décadas después para una revisión de Godzilla emprendiendo una nueva invasión americana de la que más vale no acordarse...).

Por otra parte, lejos de la destrucción masiva, la trama se arrastrará por cauces un tanto tediosas al centrarse en la búsqueda de la base de los alienígenas Kilaaks por parte del capitán Tatsuo y su tropa, alrededor del monte Fuji; Honda es el encargado de filmar estas secuencias, pero el ritmo no es el adecuado pues se alarga con diálogos e interacciones innecesarias, y termina resultando un extenuante aburrimiento, deseando el espectador, por supuesto, que vuelvan a salir los monstruos para animar un poco la fiesta. Pero obtenemos lo que queremos.
¡Vaya si la animan! Ver unidos como héroes intrépidos a todos los protagonistas, con Godzilla a la cabeza, y con la ayuda de secundarios como Anguirus, Manda, Gorosaurus e incluso el puñetero Minira, enfrentándose contra el súpervillano Ghidorah (obligado a volver a La Tierra después de las palizas que ya le habían metido, al pobre), es un épico festival "kaiju" cuyo disparate se eleva a tales alturas que sin duda acaba siendo una pura delicia para el fan (si bien durante la lucha los bichos se comportan más como humanos que como seres bestiales, lo cual viene siendo una costumbre desde hace ya tiempo...).

Rematada con una simpática secuencia donde los esforzados Akira Kubo, Yukiko Kobayashi y Yoshifumi Tajima (hay que poner mucho empeño para creerse sus diálogos y actuaciones) se despiden de todas las criaturas, de nuevo reunidas en la isla esperando vivir tiempos más apacibles, "Kaiju Soshingeki", muy exitosa a nivel internacional, viene en realidad a finalizar una era, la del propio "kaiju-eiga".
Por desgracia las hazañas de Godzilla iban a contar con más entregas, pero ya nada iba a ser lo mismo...y menos sin volver a tener juntos a Ifukube, Tsuburaya, Tanaka y Honda, las cuatro piezas esenciales que sostenían el ensamblaje de la saga.
Chris Jiménez
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