Desde el comienzo da la sensación que no es una serie trabajada, sobre todo la parte del guión y la construcción de los personajes. Incluso Berlín no es Berlín. Casi todos sus comportamientos no casan con cómo es su personaje, y Pedro Alonso lo sostiene a duras penas, y gracias a que tanto él como Berlín caen simpáticos al público.

La serie está llena de clichés que no aportan nada, llegando en algunos momentos a ser hasta desagradables para el espectador. Las conversaciones entre los personajes son planas, y dan la sensación que existen por la necesidad de llenar páginas de metraje.

Por otro lado, hay muchísimas escenas que resultan del todo inverosímiles. Soy una persona que cuando veo una película o serie la primera vez sólo disfruto de lo que veo, y no proceso muchos detalles, dobles sentidos, homenajes o easter eggs (se me escapan todos diría yo). Pero en esta serie he estado todo el tiempo viendo fallos impropios de una serie como la que debería ser ésta. Y esto sólo se puede deber a que no hay un esfuerzo real en sacar un producto de calidad.

Recuerdo hace bastantes años que vi la peli The mechanic, de Jason Statham (si la habéis visto genial, pero si no, no perdáis el tiempo) y en 5 ó 6 escenas se ven directamente las pertigas con los micros, y no un poco, entran en plano como Pedro por su casa.
Pues Berlín me ha recordado a eso. Un producto para facturar estirando el chicle de su hermana mayor, donde nadie, excepto Pedro Alonso, sostiene esto.