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Voto de dani_el_blando:
8
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5,7
21.715
Thriller. Terror
Adelaide Wilson es una mujer que vuelve al hogar de su infancia en la costa junto a su marido, Gabe, y sus dos hijos, para una idílica escapada veraniega. Después de un tenso día en la playa con sus amigos, Adelaide y su familia vuelven a la casa donde están pasando las vacaciones. Cuando cae la noche, los Wilson descubren la silueta de cuatro figuras cogidas de la mano y en pie delante de la vivienda. "Nosotros" enfrenta a una ... [+]
27 de marzo de 2019
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
La segunda delicia de Jordan Peele, para degustar a distintos niveles. Nos encontramos con un esquema muy parecido a Déjame salir, una película que transita por distintos géneros en este orden: 1) Un planteamiento basado en el suspense y la acumulación de tensión que se ceba a base de elementos ominosos desencadenando 2) el horror, que actúa de una forma muy física sobre las víctimas, con un crescendo de peripecias en las que éstas tienen un papel cada vez más activo. Pasamos entonces a una 3) película de acción en la que las otrora víctimas se erigen como héroes (de acción) en un festín slasher cada vez más delirante. Este maravilloso menú se sirve trufado de comedia, y todos los elementos se ponen al servicio de la crítica social. Aunque así descrito, esta propuesta pueda parecer una indigesta aberración, el bueno de Peele consigue combinarlos y convencernos. Al menos a mí.
Me remito a la sección “spoilers”. Léala y a continuación siga aquí:
Todo este alambicado aparato era para mandar un mensaje de crítica social. Si en Déjame salir se ponía de relieve de forma clara el tema racial con una variante muy particular de Adivina quien viene esta noche, en Nosotros el tema planteado no es tan evidente y la interpretación queda en buena medida en manos del espectador. En mi opinión, aquí se habla del indescriptible terror que tenemos la clase media a dejar de serlo. Se habla de que cualquiera de nosotros podemos convertirnos, de la noche a la mañana, sin explicación cabal ninguna, en humanoides relegados a la vida en las catacumbas, sin trabajo ni posesiones. Nosotros podríamos ser perfectamente ellos y, ellos, por la vía violenta, nosotros. Puede incluso que nosotros fuéramos en otro momento ellos y estemos ocupando injustamente una posición usurpada. Se habla, a mi parecer, de las sociedades rotas a partir de la crisis de 2008 utilizando una simpática parábola. Algo parecido hizo John Carpenter, salvando todas las distancias de complejidad formal y tono, con los damnificados por la ola conservadora de Reagan en los '80 en Están vivos. El género cinematográfico de zombies, con sus lecturas sociales profusamente comentadas incluso en tesis doctorales, también se emparenta con esta película.
En definitiva, nos encontramos ante una película imperfecta pero estupenda, cuyos ingredientes podrían hacer pensar a priori en un un resultado lamentable. Es el resultado de la aplicación por segunda vez de una fórmula intergéneros de éxito, lo cual es su fortaleza y debilidad, pues sucesivas aplicaciones pueden menoscabar el efecto novedoso. ¿Hará Peele una película más para completar una trilogía, esta vez sobre...género?
Me remito a la sección “spoilers”. Léala y a continuación siga aquí:
Todo este alambicado aparato era para mandar un mensaje de crítica social. Si en Déjame salir se ponía de relieve de forma clara el tema racial con una variante muy particular de Adivina quien viene esta noche, en Nosotros el tema planteado no es tan evidente y la interpretación queda en buena medida en manos del espectador. En mi opinión, aquí se habla del indescriptible terror que tenemos la clase media a dejar de serlo. Se habla de que cualquiera de nosotros podemos convertirnos, de la noche a la mañana, sin explicación cabal ninguna, en humanoides relegados a la vida en las catacumbas, sin trabajo ni posesiones. Nosotros podríamos ser perfectamente ellos y, ellos, por la vía violenta, nosotros. Puede incluso que nosotros fuéramos en otro momento ellos y estemos ocupando injustamente una posición usurpada. Se habla, a mi parecer, de las sociedades rotas a partir de la crisis de 2008 utilizando una simpática parábola. Algo parecido hizo John Carpenter, salvando todas las distancias de complejidad formal y tono, con los damnificados por la ola conservadora de Reagan en los '80 en Están vivos. El género cinematográfico de zombies, con sus lecturas sociales profusamente comentadas incluso en tesis doctorales, también se emparenta con esta película.
En definitiva, nos encontramos ante una película imperfecta pero estupenda, cuyos ingredientes podrían hacer pensar a priori en un un resultado lamentable. Es el resultado de la aplicación por segunda vez de una fórmula intergéneros de éxito, lo cual es su fortaleza y debilidad, pues sucesivas aplicaciones pueden menoscabar el efecto novedoso. ¿Hará Peele una película más para completar una trilogía, esta vez sobre...género?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La primera parte, el suspense ominoso, se basa en la idea de la conspiración. Una fuerza maligna de naturaleza desconocida se cierne sobre las víctimas, que son personas corrientes que desenvuelven su vida corriente. En Déjame salir tenemos una conspiración al estilo Rosemary's baby: una comunidad sectaria y maligna que rodea a la víctima en una envolvente de normalidad insana. En Nosotros, cunde una sensación inefable vinculada a la zona de veraneo donde la protagonista sufrió un trauma infantil. En mi opinión, la fase 1 está más lograda en la primera película porque es más sutil y contenida, y el espectador participa de la inocencia del protagonista.
En el caso de Nosotros, la premisa del encuentro de la protagonista-niña con su doppelgänger neutraliza en cierta medida el suspense. Pero nos regalan, a cambio, con bellas recompensas, como la secuencia de la feria en la que que cada pequeña cosa que pasa parece tener un significado para el espectador, que se retuerce en su butaca presa de la frustación (por no saber cuál es ese significado trascendental) y la delectación (por la misma razón). La feria es otro maravilloso obsequio de Peele, porque es un tipo de lugar donde deben saltar todas las alarmas del buen conocedor, pues las ferias en la ficción sólo traen malos presagios, empezando por el luna park de Coney Island en Extraños en un tren y acabando por las Ferias de gasolinera de mi queridísimo Thomas Ligotti. El epicentro maligno es la casa de los espejos, el lugar idóneo para confundirse (hasta extemos que el espectador tardará aún en comprender) con tu doble.
El arranque de la parte la terrorífica podemos fijarlo en el momento en el que se presenta la otra familia ante la casa seguido del despiegue de su conducta. La estupefacción compartida por el espectador y los protagonistas se sostiene durante un buen rato. La certeza de que va a haber violencia cristaliza pronto, mientras que la comprensión sobre el origen y motivaciones de los dobles se nos priva morosamente. Sin embargo, una breve frase de la malvada doble nos pone sobre la pista de la idea-fuerza de este relato: "somos americanos".
En esta fase la tensión va virando hacia la acción en un caso de casa tomada en la línea de Funny games, pues debemos entender que las familias de clase media no podemos sentirnos seguras ni en nuestros propios hogares. The Evil dead y las aportaciones de George A. Romero pueden haber contribuido a concebir esta fase en la calenturienta mente de Peele.
Pero cuando el espectador, habituado a los esquemas del género, espera que la ejecutoria transite por las rígidas reglas, a saber, martirio y asesinato de las víctimas por parte de los monstruos, Mr. Peele cambia subversivamente el paso. Las víctimas salen de su rol pasivo, se enfrentan a sus enemigos mediante la fuerza y la inteligencia y obtienen victorias parciales. Me había prometido no decir la palabra, pero lo que pasa es que se empoderan.
Cambio de reglas, cambio de género: pasamos a la fase de acción y llega un festival de violencia bastante gratuita y prolongada en la que ya vamos viendo que los héroes ex-víctimas se saldrán con la suya. Dicho así, podríamos pensar que nos hemos metido en una película de Chuck Norris, pero a Jordan Peele se lo perdonamos porque es el ejercicio de estilo de un tipo inteligente y tenemos muy claro que ni él mismo se lo cree. El hecho exasperante de que ningún miembro de la familia sufra ningún daño mayor o la muerte nos hace pensar que estamos en un episodio del Equipo A y una prueba más de que Peele es un cachondo que juega con los géneros. Aún así, yo hubiera preferido algo más de brevedad en esta fase.
Aunque Nosotros presenta un conflicto de clase, el tema racial también tiene un papel secundario en la película, mostrado mediante la comparación de las dos familias (negra y blanca) y su estátus económico. Reto a otros espectadores a identificar los varios elementos de comparación.
En el caso de Nosotros, la premisa del encuentro de la protagonista-niña con su doppelgänger neutraliza en cierta medida el suspense. Pero nos regalan, a cambio, con bellas recompensas, como la secuencia de la feria en la que que cada pequeña cosa que pasa parece tener un significado para el espectador, que se retuerce en su butaca presa de la frustación (por no saber cuál es ese significado trascendental) y la delectación (por la misma razón). La feria es otro maravilloso obsequio de Peele, porque es un tipo de lugar donde deben saltar todas las alarmas del buen conocedor, pues las ferias en la ficción sólo traen malos presagios, empezando por el luna park de Coney Island en Extraños en un tren y acabando por las Ferias de gasolinera de mi queridísimo Thomas Ligotti. El epicentro maligno es la casa de los espejos, el lugar idóneo para confundirse (hasta extemos que el espectador tardará aún en comprender) con tu doble.
El arranque de la parte la terrorífica podemos fijarlo en el momento en el que se presenta la otra familia ante la casa seguido del despiegue de su conducta. La estupefacción compartida por el espectador y los protagonistas se sostiene durante un buen rato. La certeza de que va a haber violencia cristaliza pronto, mientras que la comprensión sobre el origen y motivaciones de los dobles se nos priva morosamente. Sin embargo, una breve frase de la malvada doble nos pone sobre la pista de la idea-fuerza de este relato: "somos americanos".
En esta fase la tensión va virando hacia la acción en un caso de casa tomada en la línea de Funny games, pues debemos entender que las familias de clase media no podemos sentirnos seguras ni en nuestros propios hogares. The Evil dead y las aportaciones de George A. Romero pueden haber contribuido a concebir esta fase en la calenturienta mente de Peele.
Pero cuando el espectador, habituado a los esquemas del género, espera que la ejecutoria transite por las rígidas reglas, a saber, martirio y asesinato de las víctimas por parte de los monstruos, Mr. Peele cambia subversivamente el paso. Las víctimas salen de su rol pasivo, se enfrentan a sus enemigos mediante la fuerza y la inteligencia y obtienen victorias parciales. Me había prometido no decir la palabra, pero lo que pasa es que se empoderan.
Cambio de reglas, cambio de género: pasamos a la fase de acción y llega un festival de violencia bastante gratuita y prolongada en la que ya vamos viendo que los héroes ex-víctimas se saldrán con la suya. Dicho así, podríamos pensar que nos hemos metido en una película de Chuck Norris, pero a Jordan Peele se lo perdonamos porque es el ejercicio de estilo de un tipo inteligente y tenemos muy claro que ni él mismo se lo cree. El hecho exasperante de que ningún miembro de la familia sufra ningún daño mayor o la muerte nos hace pensar que estamos en un episodio del Equipo A y una prueba más de que Peele es un cachondo que juega con los géneros. Aún así, yo hubiera preferido algo más de brevedad en esta fase.
Aunque Nosotros presenta un conflicto de clase, el tema racial también tiene un papel secundario en la película, mostrado mediante la comparación de las dos familias (negra y blanca) y su estátus económico. Reto a otros espectadores a identificar los varios elementos de comparación.