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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Aventuras En 1789, en los Mares del Sur, la tripulación del buque británico Bounty decide rebelarse contra el tiránico y cruel capitán Bligh. El motín lo encabeza el primer oficial, que defiende los intereses de la tripulación y abandona al capitán en un bote. (FILMAFFINITY)
6 de febrero de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Que películas -si todavía existieran- las que estarían haciendo directores como, Michael Curtiz, Lewis Milestone o Frank Lloyd! Si en las primeras décadas del siglo XX hicieron cosas como, “Noah’s Ark”, “All quiet on the Western Front” o <<LA TRAGEDIA DE LA BOUNTY>>, entre otras joyas, hoy día, con su sensibilidad, su recursividad y su espíritu de compromiso con el arte, mantengo la sensación de que estarían haciendo maravillas.

En tres épocas distintas de mi vida he visto este celebrado filme, y cada vez me gusta más porque siento que propone con suma altura, con perfectos matices, y con un excelente espectáculo de aventura, aquella clase de tiranía que siempre será necesario combatir porque lesiona la dignidad y la integridad de mucha gente, dando lugar a improcedencias de la peor calaña. Aunque debo decir que, Clark Gable, cada vez me gusta menos, porque ahora tengo absolutamente claro que lo único que hizo toda su vida fue representarse a sí mismo.

Los hechos ocurrieron básicamente en la vida real y fueron contados por, Charles Nordhoff y James Norman Hall, en el libro, “Mutiny on the Bounty” (1932) que fue traducido a muchos idiomas, y que, con, “Men against the sea” (1933) y “Pitcaim’s island” (1934) se convertiría en La Trilogía Bounty. En ellos se contaba lo ocurrido a partir de 1787, cuando el barco h.m.s. Bounty (palabra que, paradójicamente, podría traducirse como dádiva o generosidad), siguiendo órdenes del rey Jorge III, partió con rumbo a Tahití por los mares del sur, para buscar alimentos baratos para los esclavos de las indias occidentales.

Pero, lo que prometía ser un viaje de grata aventura y enriquecedor conocimiento de lejanas tierras, para la tripulación del Bounty -al mando del prepotente, bárbaro y ventajoso comandante, William Bligh-, sería un infierno por la crueldad, el apego al látigo y la absoluta intolerancia con que este hombre los tratara. Pero, como suele ocurrir entre los imperios, años después Bligh sería elevado al cargo de vicealmirante y premiado luego con el nombramiento como gobernador de Nueva Gales del sur en Australia.

Habiendo podido contar con un holgado presupuesto, Frank Lloyd realiza su filme con gran meticulosidad, accediendo en gran parte a los sitios históricos; entremezclando hábilmente el drama con la comedia; y con un vigor en las escenas marítimas que hacen de esta producción un espectáculo admirable digno de cualquier antología de, Aventuras en el mar.

En la actuación, las mayores palmas se las lleva sin duda, Charles Laughton, pues, su personaje transmite una arrogancia y una demencial actitud displicente, que logra crisparnos los nervios y hacer que nos sumemos al creciente descontento y afán de amotinamiento que se va dando entre la tripulación. Por fortuna, Lloyd sabe aplicarle, ocasionalmente, algún matiz de índole sensible, y las cosas alcanzan un cierto punto de equilibrio que luego nos permiten acceder a las lúcidas decisiones que toma el primer oficial al mando, Fletcher Christian.

“Conozco a los marineros –dirá el prepotente Bligh- y sé que sólo respetan una ley: la del terror”. Pero Christian (observen el apellido) enseñará que se consigue más con respeto y con amorosa firmeza, para que la relación entre mandos y súbditos tenga ese cariz de dignidad que siempre se merece.

Título para Latinoamérica: <<MOTÍN A BORDO>>
Luis Guillermo Cardona
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