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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Thriller. Drama. Bélico Guerra Fría. A bordo del Bedford, un barco americano al servicio de la OTAN, además de la tripulación, viajan un periodista y un ex oficial nazi de la marina. El capitán Eric Finlander (Richard Widmark), para poner a prueba a sus hombres, decide perseguir a un submarino ruso. Pero Finlander es un neurótico que acaba desquiciando a la tripulación. La irritación de Ben Munceford (Poitier), el fotógrafo de prensa, llega al límite al ... [+]
15 de febrero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Guerra Fría, fue un largo y vergonzoso período en el que, los Estados Unidos de Norteamérica y la Unión Soviética (al que se sumarían sus respectivos aliados), tras haber creado una fuerte sinergia durante la II Guerra Mundial (1939-1945), de repente comenzaron a rivalizar cuando el Presidente, Harry S. Truman, publicó la llamada Doctrina Truman (Truman Doctrine, 12 de marzo de 1947), con la que se proponía contener la expansión del comunismo en el mundo. Al año siguiente (4 de julio de 1948), el propio Truman amplía su doctrina comprometiéndose a impedir los levantamientos populares que tuvieron lugar en Grecia y Turquía, así que envió fuertes sumas de dinero para mejorar éstas críticas economías y fortalecer a los ejércitos represores. Desde entonces, EE.UU., jugó a convertirse en el policía del mundo… y un mal policía porque, allí donde hubiese cualquier tipo de insurrección -aunque fuese contra dictaduras y tiranías que tenían sojuzgados a los pueblos-, ellos entraban a apoyar a los gobernantes y sus ejércitos, con tal de impedir que se expandiera el “comunismo”.

Surgió, entonces, la NATO (OTAN entre nosotros) que todavía subsiste, y la gran mentira de Truman (que la repiten todos los subsiguientes presidentes estadounidenses) para entrampar a su pueblo y a su Congreso, fue la célebre frase, que funcionaría si se aplicara cómo debe ser y no en contravía: “La política de los Estados Unidos debe ser apoyar a los pueblos libres que resisten intentos de subyugación por parte de minorías armadas o presiones externas"…

En el marco de este gris período que se desarrolló entre 1947-1985 (y sobre el que habría mucha tela que cortar), es que transcurre la historia del Barco Destroyer USS Bedford, el cual es comandado por el capitán Eric Finlander, una suerte de fanático, tan obsesionado por acabar con un submarino ruso que navega las aguas de Groenlandia sin manifestar el más mínimo plan de ataque que, cuando el reportero Munceford, le dice: “Usted no está cazando ballenas ahora”, de inmediato nos acordamos del capitán Ahab de la novela, “Moby Dick”, también obsesionado por salirse con la suya aunque, en su caso, es contra un cachalote blanco.

Sin duda, Mark Rascovich, el escritor de la novela, “The Bedford Incident” (1963), tuvo en mente la novela de Herman Melville al momento de caracterizar a su protagonista y el guion que se encargara a, James Poe, contiene una buena dosis de tensión, y sobre todo, una valiosísima carga psicológica donde, la psicopatía y el fanatismo a ultranza, quedan eficientemente modelados.

Al capitán Finlander, lo obsesiona la idea del “zafarrancho de combate” (término que describe la preparación táctica y armamentista de una embarcación para afrontar una acción de guerra) y sus hombres actúan más obedientes de su prepotencia que por convencimiento de que esté haciendo lo correcto. Lo que ocurrirá entre él y algunos de los tripulantes (Munceford, el Dr. Potter, Ralston… y el contraalmirante Schrepke, un alemán que se cambió de bando), es digno de verse y hasta quizás podamos vernos reflejados en alguno de ellos.

Quienes disfruten, como nosotros, de los estudios psicológicos, se sentirán muy a gusto con esta película que ha significado el debut en la dirección de, James B. Harris, productor a quien conocíamos por su asociación con, Stanley Kubrick, en la realización de, “The Killing”, “Paths of Glory” y “Lolita”.

Richard Widmark y Sidney Poitier (primer filme en toda su filmografía donde la raza no es mencionada en ningún momento de la trama), muy bien secundados por Martin Balsam, James MacArthur y Eric Portman, tienen aquí otro de los puntos fuertes de sus extensas filmografías.

Título para Latinoamérica: AL BORDE DEL ABISMO
Luis Guillermo Cardona
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