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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Fantástico. Aventuras. Acción En la Tierra Media, el Señor Oscuro Sauron ordenó a los Elfos que forjaran los Grandes Anillos de Poder. Tres para los reyes Elfos, siete para los Señores Enanos, y nueve para los Hombres Mortales. Pero Saurón también forjó, en secreto, el Anillo Único, que tiene el poder de esclavizar toda la Tierra Media. Con la ayuda de sus amigos y de valientes aliados, el joven hobbit Frodo emprende un peligroso viaje con la misión de destruir el ... [+]
20 de febrero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En términos académicos, el poder es esa capacidad o potencia que hace posible alcanzar un fin.

El poder puede ser usado de diferentes maneras, y no hay nada más expedito para probar el carácter de un hombre. Aunque es cierto que, en ocasiones, es indispensable el uso de la fuerza y la violencia para poder contener y/o evitar la improcedencia, el abuso de estos recursos convierte al poder en tiranía, más cuando su uso es para contener o reprimir a alguien que está haciendo una acción procedente y ajustándose a las leyes.

Si el poder se utiliza con el propósito de debilitar al otro y abusar de él, se convierte en prepotencia, y más que un poder es un signo de debilidad y cobardía… y cuando el búmeran regrese, habrá de causar un dolor terrible y multiplicado. En cambio, el poder que se obtiene con el amor y el compromiso, con la fidelidad y el servicio, ni se espera ni se reclama, jamás se exige y nunca se impone… y es eterno, leal y transparente.

“Si el conocimiento da poder y el poder corrompe -se preguntaba alguien- ¿Cómo podrá sobrevivir la especie humana?” A esto hay que decir que, el conocimiento que da como resultado a un ser corrompido que abusa del poder, es apenas medio conocimiento, porque le falta lo esencial: Espíritu de convivencia, Respeto plural y Entendimiento de las inamisibles leyes existenciales, y por estas razones, más tarde o más temprano, está condenado al fracaso.

Lo que más me gusta de, <<EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: LA COMUNIDAD DEL ANILLO>>, es que es una decantada recreación de las maneras como los diferentes seres vivos (aquí no todos humanos) asumen el poder según su entendimiento: Algunos lo usan con profunda sensatez y rechazan el exceso de poder cuando presienten que podría dañarles. Otros lo anhelan por el simple deseo de salirse del común, pero sin medir las consecuencias; y unos cuantos -los más denegados física y mentalmente- lo ansían, de manera enfermiza y obsesiva, para someter a los demás y hacerse temer. Las anécdotas son muy depuradas y efectivas, y un cúmulo de aventuras, magistralmente filmadas, se van desenvolviendo, con un encantador grupo de personajes que, denominado La comunidad del anillo, pretende deshacerse de una suerte de poder que bien presienten que no traerá ventura a nadie.

Peter Jackson, logra, por fin, la adaptación que se merecía la ya clásica colección de obras de J.R.R. Tolkien, pero, más que él, se merecen el crédito: El diseñador de producción: Grant Major, por una labor que es arte depurado con una belleza que deslumbra. El director de fotografía: Andrew Lesnie, por el logro de unos planos ‘imposibles’ de una estética fascinante. Los encargados de los efectos especiales, que nos hicieron sentir niños gozando de lo lindo con un gran puñado de ‘inexplicables’ trucos. El departamento de maquillaje, que logró extraer belleza de la fealdad más horrenda; y, entre otros, el compositor de la banda sonora, Howard Shore, que logró inspirarse como lo requería una obra de esta magnitud.

No todo es perfecto, desafortunadamente: Lucen muy mal las pequeñas trampas de Jackson para lograr algunos efectos dramáticos (véase las ‘muertes’ de ciertos hobbits, por ejemplo), y algunas actuaciones, como la de, Liv Tyler, o la de los chicos que interpretan a, Pippin y Merry, nos dejan más helados que calientes.

Pero, salvo esto, puedo decir que hacía rato no pasaba un par de horas de tanto ensueño y tanto deslumbre como las que nos ofrece, <<EL SEÑOR DE LOS ANILLOS>>, en esta primera parte.

Y la historia continúa…
Luis Guillermo Cardona
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