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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Drama Un granjero californiano tiene dos hijos, Cal y Aron, de caracteres muy diferentes, pero ambos compiten por el cariño de su padre. La situación de Cal se complica cuando averigua que, en realidad, su madre no sólo no está muerta, sino que además regenta un local de alterne. (FILMAFFINITY)
5 de noviembre de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Por Dios! ¡Cuántos muchachos llevan hoy día una vida de amargura por la natural razón de haber sido insumisos con sus padres! Esto les ha merecido repudio, menosprecio y hasta un callado (o descarnado) odio. ¡Y hay tantas razones para ser insumisos! El deseo ferviente de hacer realidad un sueño o un ideal; la natural adaptación al hoy y no al ayer de sus padres; la irracional pretensión de los progenitores de que sus hijos piensen como ellos, sientan como ellos, y hasta que actúen como a ellos se les antoja... Y cada hijo tiene pleno derecho a ser él, único y auténtico. Nuestro rol como padres es ser guías y dar buen ejemplo, ¡pero no ser alfareros! porque los hijos son seres multisensibles y no trozos de fría arcilla.

¡Por el amor de Dios! Cuántos padres buenos (dignos, trabajadores, cumplidos con las necesidades económicas del hogar…), ¡pero tan malos padres! porque son incapaces de ver y aceptar la diferencia; porque solo aman abiertamente al hijo que sigue su camino, al sumiso y al “súper-recto” que jamás se sale de sus sesgados puntos de vista (¿y quién asegura que son estos los mejores puntos de vista y los que asegurarán un mejor futuro?) Un hijo sumiso no es un chico feliz, es un ser humano doblegado. Uno de estos muchachos me decía hace poco en una terapia: “A nadie le interesa lo que pienso yo, lo que quisiera hacer, y me enferma tener que lucir siempre tan correcto”.

Basado en la novela homónima de John Steinbeck, publicada en 1952, diez años antes de que fuera galardonado con el Premio Nobel, “AL ESTE DEL EDÉN” es otra magistral realización donde, la forma y el contenido, alcanzan una conjunción perfecta dando como resultado una obra que refleja con exactitud y coraje, particulares y dolorosos aspectos de la vida familiar que a diario padecemos.

El filme es un canto a la libertad, al valor de la diferencia, a la libre autodeterminación, al derecho a Ser. Y Kazan borda su filme con el mayor respeto por cada ser humano involucrado en la historia, mostrando los grandes potenciales que puede ofrecer un chico diferente… y hasta dejando en claro que, al ser humano, hay que juzgarlo por su personalidad y no por su nacionalidad, su apellido o su color de piel.

Magnífica puesta en escena; excelentes posiciones de cámara apuntando siempre a particulares rasgos psicológicos; e inolvidables actuaciones del malogrado James Dean, quien crea un rol perfectamente conectado con la que fuera su particular idiosincrasia y temperamento; valiosísima presencia de la oscarizada Jo Van Fleet, como la madre que defiende su libertad por encima de cualquier prejuicio; muy bien encajado el polifacético Raymond Massey, como el padre que ignora que, la rectitud asumida sin resquicio alguno, es el perfecto camino hacia la tiranía. Y hasta la siempre sensitiva Julie Harris, luce muy bien como la chica que se debate entre el amor por el hombre “correcto” (que le reclama su razón), o el amor por el chico rebelde y emprendedor que lleva bien metido en su corazón.

Título para Latinoamérica: “AL ESTE DEL PARAÍSO”
Luis Guillermo Cardona
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